lunes, 29 de diciembre de 2008

MENCIÓN FUNDACIÓN "JORGE LUIS BORGES"

Recibimos con orgullo la notificación de la FUNDACIÓN JORGE LUIS BORGES que premia a Paula Morales de 5° 2° con una MENCIÓN ESPECIAL por su HAIKU

¡FELICITACIONES!


EL VIENTO SOPLA

PERFECTAS SUS PALABRAS

A LAS ESTRELLAS

PAULA MORALES 5° 2°

martes, 4 de noviembre de 2008

HAIKUS SELECCIONADOS PARA COMPETIR






LOS SIGUIENTES FUERON SELECCIONADOS PARA LA FINAL

LA NIEVE FÚNEBRE
ROJIZO CRIMEN MUESTRA
MUDOS TESTIGOS

(MA. BELÉN MENÉNDEZ 3°3°)

LOBOS AULLANDO
LUNA SANGUINARIA
MUERTE VIOLENTA

(DAVID GUTIERREZ 3°3°)

LA LUNA INVERNAL
OCULTA ENTRE LAS NUBES
SU OTRA MITAD

(MELINA STALILE 3°3°)



MAR CRISTALINO
LAS LÁGRIMAS CONSUME
DULCES DEL CIELO


PAULA MORALES 5° 2°




LA NOCHE CALLADA
PRUDENTE Y ALEGRE
GUARDA SECRETOS

VALENTÍN DELAURO 5° 2°


EL VIENTO SOPLA
PERFECTAS SUS PALABRAS
A LAS ESTRELLAS

PAULA MORALES 5°2°



CUERVOS RECLAMAN
SU CORAZÓN DE HOMBRE
CRUEL Y VACÍO

LOURDES MARQUÉS 2° 4°





EL SOL SE VISTE
DE LUNA CUANDO LLEGA
LA OSCURA NOCHE

MACARENA ABALLAY 2°4°



BLANCAS BANDADAS
ERRANTES DE LOS CIELOS
HUESTES DE PAZ

FERNANDO MORENO 2° 4°




EN LAS ESTRELLA
ENCONTRARÉ TUS OJOS
COMO EN EL MAR

BELÉN ARRIETA 1°3°




OSCURAS NOCHES
MI CORAZÓN ESPERA
SECRETOS BOSQUES
NIEVE DE AYER
CAÍA COMO PÉTALOS
AGUA DE NUEVO
MANUEL REYNOSO 1°5°



LA MUERTE LLEGA
LA VIDA SIEMPRE VA
VES LA GRAN LUZ
FEDERICO REMESTRE 1° 5°


NIDO DE ESTRELLAS
NOCTURNA OSCURIDAD
NOCHE PERFECTA

KEVIN SAAVEDRA 4°4°



SANGRE CALIENTE
COMO LAVA DE VOLCÁN
CORRE EN MIS VENAS

CELESTE ZABALA 4°4°









HAIKUS GANADORES DEL CERTAMEN

LOS ALUMNOS PARTICIPARON EN UN CONCURSO INTERNO DE HAIKU ORGANIZADO POR LA COORDINACIÓN DE LENGUA Y LITERATURA
Prof. Ma. Alejandra López Coda

LOS SELECCIONADOS PARTICIPAN DEL CONCURSO " JORGE LUIS BORGES " 2009


HAIKUS GANADORES

OSCURAS NOCHES
MI CORAZÓN ESPERA
SECRETOS BOSQUES


AGUSTÍN PERTUSI 1° 3°






LAS LARGAS SOMBRAS
COMO ÁGILES ARAÑAS
TEJEN MISTERIOS



NICOLÁS P.MIGUEL 2° 3°



EL VIENTO SOPLA
PERFECTAS SUS PALABRAS
A LAS ESTRELLAS


PAULA MORALES 5° 2°


lunes, 3 de noviembre de 2008

HAIKUS SELECCIONADOS PARA COMPETIR DE 3° 2°

ESTOS HAIKUS FUERON LOS SELECCIONADOS POR EL JURADO PARA COMPETIR EN ERL CONCURSO DE LA FUNDACIÓN JORGE LUIS BORGES.

ATARDECER
SE REFLEJA EN EL MAR
COMO TUS OJOS

RODRIGO ABREGÚ

SIEMPRE RECUERDO
EXISTEN MAR Y VIENTO
MAS, NO LOS SIENTO
JAVIER BONANO
OLAS Y VIENTO
EL CONGELAO MAR
ME HACEN TEMBLAR

Haikus de 1° 5°

LOS HAIKU QUE NO LLEGARON…Y LOS QUE NO LLEGARON A SER HAIKU 1º 5º

Los chicos trabajaron sobre las características del Haiku y con material teórico elaborado por la profesora a cargo, en el marco del concurso externo en el que participó la escuela.

Duerme mi niña
tumbada en la tierra
es pura paz.

Nahuel Reynoso


Con cabello de oro
moviéndolo al viento
sus ojos me dicen
“te quiero”.

Sus ojos iluminan mi camino
mientras yo dejo caer
en sus manos mi destino

Leila Pamela Ávila




B) Producciones con apoyatura textual (libro de Lengua, canciones, etc)

Van a fusilar,
son cuatro soldados,
¡los van a matar!

Ezequiel Gonzalez
TALLER DE POESÍA
“EL SINSENTIDO CON SENTIDO O JUGUEMOS CON LAS PALABRAS”

Los chicos trabajaron a partir de material teórico elaborado por la profesora y ejercitaron recursos como metáforas, imágenes sensoriales, encabalgamiento y libertad de rimas.
En algunos casos realizaron explicaciones excelentes acerca de las metáforas que realizaron.

A) Producciones libres CURSO: 1º 5ª

Ya es tarde

Hoy ya es tarde para regresar, pues,
¿para qué?
Muy pronto para ya recordar,
¿no te parece?
Ya tarde para comenzar a olvidar,
¿no te has dado cuenta?
Ya lo olvidé.
Demasiado tarde para pensar, pues,
¿pensar qué?
Ya todo está hecho.
Perfecto para comprender
que el tiempo de los dos ya pasó.
Absolutamente tarde para sentir;
ya ese momento pasó,
¿no lo recuerdas?
¡Tú lo has dejado pasar!
Yo, ya creo haber entendido
¿y tú?
Laura Stephanie Luciano


¿Nada que perder?

Tú ya no tienes nada que perder,
no eres lo suficientemente consciente de lo que sí,
por eso juegas todo el tiempo,
como si la vida fuera un simple juego.
Sí lo es, pero depende
de qué tipo de juego la creas
y cómo lo juegues.
Yo en cambio,
prefiero en muchas cosas
sentir en vez de jugar.
Pero es cuando caigo en tu juego
que me olvido de jugar.
Y es ahí cuando pierdo,
y es ahí cuando comprendo
que perderme en tus palabras
fue mi triste perdición.

Pues yo
¡ tengo muchas cosas valiosas que perder
si juego contigo!
Pero cuando eso sucede
me enredo una y mil veces
entre tus palabras y mi mundo.
Y termino por creerme igual a ti, pero,
¿qué locura es esa?
Si los dos hacemos
dos cosas diferentes:
yo creía en una historia que existía y vos,
tan sólo jugabas.

Laura Stephanie Luciano


La soledad

En la noche oscura
la soledad se presenta
rompiendo el silencio
con su garganta sangrienta.

Mis labios fríos
pronuncian tu nombre
mientras ella me atrapa
con su sable de cobre.

El sol aparece
y ella se escapa
dejando a su paso
su larga y negra capa.

Eliane Mallo






Me encanta ese instrumento

Me encanta ese
instrumento con dientes
blancos y negros que
canta una hermosa canción.

Tiene esa voz angelical
y tan sólo con un la o sol
comienza a cantar
esa linda canción.

Daiana Silva


Lluvia y tristeza

El mar ha envejecido
muestra arrugas blancas.
Llora el hielo;
quiere ser diamante.
El viento gira en el cielo y canta.
Las nubes están tristes y
con sus lágrimas mojan a todos.
Las nubes lloran y lloran.
Yo también.
Y tú,
sólo te mojas.

Rosy Matto



Hablando con el sol

Camino por la calle
mirando al sol brillar
y en sus rayos me dice
-nunca me dejes de mirar.

Por eso todos los días miro
a sus rayos sin parpadear
porque cuando lo veo
sé que él me mira desde el más allá.


Leila Pamela Ávila



Caminar sin ti

En la calle te vi
y caminabas sin mí.
Me dieron ganas de llorar
pero prometí no hacerlo más.

por eso cada vez que te veo
intento no llorar,
porque sé que tu amor
mío no será jamás.

Leila Pamela Ávila

B) Producciones con apoyatura textual

Van a fusilar
a una mujer
que tiene los brazos atados.
Hay tres soldados,
para disparar.
Los tres soldados callados
están muy armados,
lo mismo que la mujer amarrada
que van a matar.
Ojalá escape.
Nunca se sabrá.
La mujer tiene
hasta el final
para escapar
de los tres soldados
que la quieren matar.

Ezequiel Gonzalez

CUENTO DE CIENCIA FICCIÖN

Diantonio, Carla
3º 5ª


Mundo utópico

Son las 36 horas en la cuidad de Klork. El Sol, rojo como un rubí, se oculta por el oeste. Empieza a caer la noche, y por consecuencia las flores de los betos (árbol parecido a un baobab de la antigüedad) se empiezan a cerrar. El clima se vuelve frió, el Sol ya no calienta como en tiempos anteriores.
A medida que la luz desaparece, un manto negro y escaso de estrellas se levanta firme por el cielo. Explican los científicos que esto no era antes así, y que el cielo que acostumbramos ver ahora, antes estaba exuberantemente poblado de astros. El cambio se produjo porque la expansión del universo hizo que las estrellas se separaran unas de otras y desaparecieran poco a poco de nuestra vista.
Las luces de la ciudad iluminan la noche. Gente paseando por los caminos y vehículos transitando, animan más aun a la alegre ciudad. El aire es puro, ya que los vehículos funcionan a baterías. Hay usinas de energía eólica fuera de la ciudad. Estas producen energía que luego sirve para recargar baterías y otras cosas. La ciudad se alimenta de energía solar. Los rayos ultravioletas (que eran tan perjudiciales en la antigüedad pero que ahora no nos afectan porque tenemos pieles más resistentes) son una fuente energía que se descubrió hace poco.
La educación es muy importante para nuestra civilización. Los niños concurren a unos edificios que actúan parecido a las llamadas “escuelas” de la antigüedad. Pero el método de enseñanza es diferente. Nosotros hemos descubierto que hay mejores maneras de educar a los más jóvenes y convertirlos en miembros activos y civilizados para vivir en comunidad.
Aquí vivimos sin preocupaciones. Cada uno se ocupa de su tarea y no hay discusiones. Nadie le dice a nadie que debe hacer, ya que cada uno lo sabe bien. La gente tienes buenos pensamientos, porque vivimos en paz. Vivimos en paz, porque la gente tiene buenos pensamientos. En Klork no existe la corrupción, las mentiras ni el mal, por las razones anteriores.
El gobierno de nuestra cuidad no es difícil de comprender. Esta integrado por doce miembros no permanentes. Nadie tiene el poder absoluto ni se siente superior (porque no lo es). De estos, tres son de joven edad, otros tres son ancianos y el resto son de edad media. Esto es así porque de esta manera va a haber variantes en las decisiones, y va a haber tanto sabiduría como ideas frescas.
Las viviendas casi no cambiaron desde los tiempos remotos, ya que siempre va a ser necesario paredes, piso y un techo para guarecerse.
El dormir es muy tranquilo, porque la ciudad es silenciosa, casi no hay ruidos de ningún tipo.
Las luces se van apagando para ahorrar energía y Klork se prepara para descansar.
A veces si uno presta atención es posible divisar alguna constelación completa. Hoy no era la ocasión, el cielo se encuentra nublado. Lo mejor en estos casos es irse a dormir y soñar con un cielo estrellado, como en las pinturas de esos grandes artistas antiguos. Por extraño que parezca aquí no hay muchos artistas, porque no necesitamos pintar para expresarnos. Todo lo que tenemos aquí es perfecto y el sueño de cualquiera es algo como la cuidad de Klork.












Mundo contrautópico

Nubes de humo tóxicas, agitación y mucho ruido daban a entender que ya había amanecido en la ciudad de Nimbus. Gente malhumorada sale de sus casas y se dirige hacia una dura y larga jornada de trabajo. Las caras de la gente muestran cansancio, preocupación, agobio y malestar general.
El aire es irrespirable, el frío, insoportable; ya que el Sol es mucho mas viejo y produce menos energía y calor. La cuidad esta cubierta por una barrera invisible, para protegerse de los rayos gamma y ultravioletas. Esta barrera abarca más allá de los límites de la ciudad, porque es necesario un ambiente extenso para cultivar. Estos cultivos están modificados genéticamente, porque como la tierra no es fértil los alimentos resultan poco nutritivos.
Se dice que en la antigüedad había una capa de ozono fuerte, ahora, está tan débil que todo lo dañino pasa sin problemas. Por suerte el armamento que quedó de la quinta guerra mundial nos salva de los meteoritos que acosan a la Tierra.
Casi no hay vegetación. Todo esta tan contaminado que es casi un planeta muerto. La ciudad de Nimbus es una de las pocas que quedan, poco a poco vamos recibiendo menos noticias de el resto del mundo.
La natalidad esta estrictamente controlada porque la contaminación produce mutaciones en los fetos, y hay mucho riesgo de que nazcan niños con problemas físicos y mentales.
Ya son las 18 horas, momento en que el sol se encuentra en su punto medio, y por lo tanto irradia más calor y ondas mortales. La gente sale de sus trabajos para almorzar, luego deberán seguir con el resto de la jornada soportando condiciones inhumanas.
El gobierno de la ciudad esta organizado en unas escasas 5 personas. La primera tiene el poder ejecutivo y legislativo, la segunda reemplaza a la anterior en caso de ausencia o muerte, y las otras tres son autoridades consultivas. Estas cinco personas son las que concentran el poder y los beneficios en la ciudad. No concentran la riqueza porque no hay. Es que, no se usa la moneda en Nimbus, es algo considerado obsoleto. La gente trabaja por comida y agua.
Al terminar de trabajar, la gente se dirige lentamente a sus hogares. Pero además del caos de la ciudad se suman los grandes conflictos en las propias casas. Por consecuencia del cansancio y el estrés permanente, la gente se vuelve irritable y poco tolerante, y esto genera peleas o cosas peores.
Los gases tóxicos se condensan y las lluvias acidas sofocan a la ciudad todas las noches. La cuidad de Nimbus ya esta acostumbrada.

Cuento

Producciones de 3º 5º


Sabor amargo


Era una mañana de invierno, en la pequeña casa de la calle Florida 1304.
Una nena de aproximadamente diez años, con un vestido a cuadros, llega a la casa de su abuela. Entra sin avisar. Camina sigilosamente hasta la cocina. Allí, la abuela, estaba con las manos apoyadas en la mesada, mirando un frasco de contenido dudoso. Esta se dio cuenta de la presencia de su nieta y rápidamente se dispuso a preparar el almuerzo mientras que la nena salía a jugar al patio.

La anciana había empezado a mezclar los ingredientes cuando un leve dolor empezó a surgir. A ésta le pareció extraño ya que casi nunca sentía malestares. Siguió con su tarea.

A la media hora se sentaron juntas a almorzar. La anciana miró su plato, que era muy apetitoso. Se llevó el primer bocado hacia la boca, e inmediatamente se le revolvió el estómago. Miró con extrañeza a su nieta que devoraba su comida sin problema alguno. Al terminar de comer la niña, su abuela retiró los platos y fue hacia la cocina. Enseguida se dispuso a lavar los platos, pero su mano derecha comenzó a sentir un cosquilleo que nunca antes había experimentado. Al minuto ese cosquilleo pasó a ser un ligero temblor.
Inmediatamente llevó su mano izquierda hacia su muñeca derecha aparentemente para frenar el temblor. Al ver que no se detenía se le aceleró el corazón y su mirada expresaba terror.

Ya era el atardecer, la niña ya aburrida de estar sola, fue en busca de su abuela. La encontró en su mecedora sumida en sus pensamientos. La nena veía una actitud muy extraña por parte de su abuela. Decidió, al fin, colocarse delante de ella. Se movía inquieta y torpemente porque su abuela no le dirigía la palabra. Se sentó en el suelo todavía en frente de ella. Estuvo pensando unos minutos. ¿Qué era lo que había cambiado? ¿Qué tenía de malo? Y ¿Por qué su abuela ya no le hablaba? Al inquietarse más por aquel silencio insoportable, ya que como bien se sabe, los niños no aguantan mucho tiempo callados y serios. Levantó la cabeza y miró a los ojos a su abuela. Al fin se animó y le preguntó:
- Qué te pasa? Por qué no me hablás?
- Es que veo muy cerca la muerte, m´hija. Me está esperando ansiosa y sonriente.

La pequeña se quedó estupefacta por tal respuesta. Todavía no tenía conciencia del significado de la muerte. Así que este concepto tan abstracto la dejó totalmente sin palabras.

Al final la nena se fue a su cuarto ya muy confundida.
Se acostó en su cama y se preguntó por qué la muerte ansiaba a su abuela. Por qué su abuela se comportaba de esa manera al mencionarla. ¿Era algo tan terrible? No entendía nada.

Luego de un rato de estar pensando decidió ir a ver a su abuela. Ella seguía en el mismo lugar, sentada en su mecedora, con la mirada perdida. Pero ella veía algo diferente esta vez, algo que no encajaba. Y es que repentinamente empezó a hacer frío. ¿O era su imaginación? La niña estaba de espaldas a la anciana. Vio algo raro. Una sombra extraña se colocaba al costado izquierdo de su abuela. Esta era más delgada que una sombra normal. Se quedó un minuto tratando de ver qué era. Hasta entrecerró los ojos para observarla mejor. Distinguió que a veces, cada tanto, esa sombra se movía aunque su abuela estaba quieta. Al entender que eso pasaba a ser totalmente fuera de lo común, intentó acercarse adonde estaba su abuela. Quiso mover las piernas hacia delante; pero no podía, algo se lo impedía. Era como si existiera una barrera que no le permitía acercarse. En un momento entró en la desesperación. Todo intento por ir hacia su abuela era inútil. Ya entre lágrimas, se abrazó a sí misma. Necesitaba el contacto de un ser querido, pero le era imposible conseguirlo. Entonces, al instante, le surgió otro sentimiento. Sentía terror. Terror de aquella casa, terror de la sombra, de cada objeto y de su abuela. Es que ya no sentía que fuera su abuela, si no otra persona. La sentía distante. Tanto era el miedo que sentía que dio media vuelta y volvió a su habitación. Se acurrucó entre las sábanas de su cama cerrando los ojos con fuerza y esperando que todo pasara. Que su abuela volviera a hablarle. Que esa presencia indescriptible desapareciera. Es que, ¿eso era la muerte? ¿Una presencia indescriptible? Ella no lo sabía. No lo entendía. Y no quería entenderlo.

Después de tanto tiempo sentada en la mecedora, se levanto estrepitosamente y corrió al baño a vomitar. Cada vez se sentía peor. Volvió a la mecedora y se quedó un rato mirando hacia la ventana. Aunque no tenía sentido, porque el exterior se veía todo negro al no haber luces que alumbraran.

El temblor de su mano nunca había parado, pero con el correr de las horas se acostumbró. Ella sabía que esa noche llegaría. Estaba segura. No sentía temor sino curiosidad. Curiosidad de qué le deparará lo desconocido y el tabú que eso implicaba. Súbitamente una mueca de dolor invadió toda su cara. Le costaba respirar y sentía que le faltaba el aire. Un dolor en el pecho la envolvió totalmente. Es que esa espera le resultaría muy dolorosa y larga. Tal vez fuera la noche más larga de su vida, en que los segundos se le hacían minutos y los minutos horas.

Al pasar una hora aproximadamente el dolor en el pecho cesó pero una fuerte fiebre quemaba cada rincón de su cuerpo. Sentía mucho frío y sus dientes rechinaban dolorosamente.

Pasaron dos horas, y luego tres. La fiebre no bajaba. Un sudor frío corrió por su cara y sus manos. Veía la hora tan cerca. Decidió cerrar los ojos y tratar de dormir. Tal vez así no tendría que esperar tanto.

Caminaba por el campo. El día era soleado y caluroso. La anciana se miró las manos y éstas ya no mostraban arrugas sino que eran totalmente lisas y suaves. Llevaba puesto un vestido rojo que reconoció perfectamente. Se lo había regalado su marido para su primer aniversario. De repente recordó que estaba en su casa, recordó el frasco, el dolor, recordó a su nieta. Pero la mujer no sabía donde estaba.

Una figura se acercó a ella con paso ágil. Era un hombre apuesto y joven, que la miraba sonriente.
- Te esperábamos. – dijo el hombre.
- Yo también te extrañé. – contestó la mujer. - ¿Esto es?
- ¿Es qué? – el hombre no entendía.
- Lo que esperaba, ¿esto es? ¿Este lugar hermoso…?
- Sí, esto es. – contestó.

La niña abrió los ojos. Se encontraba en su cama y una débil luz traspasaba las sábanas.
Se desperezó y se levantó. Recordó todo lo vivido aquella noche. Decidió olvidar y ser feliz. Caminó sonriente por el pasillo y se puso por delante de su abuela. Esta estaba quieta y tenía la mirada tranquila.

La nieta rápidamente sacudió a su abuela para despertara. Al ver que no reaccionaba la sacudió aún más fuerte. La abuela al fin despertó. Miró a su nieta con cara incrédula, como tratando de entender lo que pasó.

La nena al ver a su abuela ya despierta corrió hacia la cocina. A los cinco minutos volvió con un frasco lleno de líquido.
- Abuela, qué asco, en vez de azúcar le pusiste sal.
La anciana se tiró en la mecedora y comenzó a reír a carcajadas.
- Abuela, ¿de qué te reís?
- De nada. Vamos a preparar el desayuno.


Diantonio, Carla
Delgado, Lisette

3º 5ª

Cuento policial




Asesinato en el aeropuerto

- Lamentable, verdaderamente lamentable. Y pensar que su hija lo presenció todo, sólo tenía cuatro años.
- Sí, la vi.
- Pobrecita, esta desconsolada. Pero dígame Barrasco, ¿usted no debería haberse ido ya?
- Sí, hace cuatro horas. El paro de personal me lo impidió, pero pude estar cerca cuando sucedió el incidente. Y como usted me conoce, bien sabe que no me voy a ir de vacaciones tan fácilmente.
- Si, lo sé. Aunque está difícil. Ya lo examinamos y no hay causa aparente del deceso. Pereciera muerte súbita.
- Pareciera…
- Si, por eso ahora viene el forense.
- Muy bien, entonces ¿querría ir a tomar un café allí (señalando la confitería) mientras esperamos, Pereyra?
- Me parece perfecto.
Así comenzó el día domingo 17 de febrero. Un inspector en servicio y otro no, toman un café en el enorme edificio de Aeroparque en Buenos Aires.
El día era sofocante, como la mayoría de los días de verano en la capital porteña. Aunque el aire acondicionado del lugar obligaba a turistas y empleados a ponerse un abrigo.
Un Boeing 737 aparece por las enormes ventanas y aterriza en la pista con gran agilidad.
- Uno de esos me iba a tomar.
- Y sí, es el más común. No se va a tomar un Jumbo para ir a Bariloche.
- La verdad que no.
Pereyra es un hombre morocho, muy alto y tiene un bigote que llama la atención de cualquier despistado. En ese momento llevaba puesto un traje azul, un poco caluroso para esa época del año. Barrasco es el típico apasionado por su trabajo. Por eso es imposible que se vaya más de una semana de descanso si no encuentra una excusa para quedarse. Es un hombre un poco excéntrico. Lo demuestra la vestimenta que llevaba ese día. Bermudas azules, una camisa naranja con estampado hawaiano y un sombrero de pescador contrastaban con la elegancia de su compañero. Tenía un aspecto canoso y desarreglado aunque con sólo mirarlo se podía advertir que era un hombre brillante.
Una camioneta azul con la inscripción “policía científica” en blanco aparcó en la entrada del aeropuerto. Las puertas corredizas se abrieron para dejar entrar a los que se encontraban dentro del vehículo y dejar salir a los turistas curiosos.
Pereyra y Barrasco al verlos dejaron propina en la mesa y se dirigieron tranquilamente hacia donde se encontraba el cuerpo; que aunque parezca insólito y grotesco aún seguía en el mismo sitio con una sábana blanca sobre él.
- Lamentamos no haber podido llegar antes – dijo el forense – había mucho tráfico y nos encontrábamos muy lejos.
- No se disculpe, ya está. – contestó Pereyra impaciente.
- Muy bien. ¿Comenzamos a trabajar? – Era una afirmación más que una pregunta por parte del profesional a su equipo.
La zona estaba perimetrada desde el principio como era de esperar. Todos comenzaron a trabajar en conjunto bajo las miradas expectantes de los viajantes que por allí pasaban. Primero tomaron fotos y muestras de todo, hasta de lo que no parecía una evidencia. Siempre había alguien anotando todos los procedimientos realizados. Una vez terminadas las pericias se llevaron el cuerpo a la morgue para continuar la investigación. Pereyra y Barrasco se encontrarían con ellos a la tarde, ya que primero realizarían unas entrevistas a los testigos.
Primer testigo: la esposa
- ¿Podría relatar todo lo que recuerda?
- Si claro, oficial, pero no es mucho. Mi marido venía de un viaje de negocios, se suponía que el avión llegaría a las 6am por eso a las 6:20hs más o menos bajaba del auto con mi nena, Sofía. Estaba muy nerviosa así que me apuré… - hizo una pausa y continuó- caminamos por el pasillo central en dirección a la puerta de arribos. Nos quedamos esperando hasta que apareció. No sonrió al vernos, eso me pareció extraño, pero no me preocupé porque supuse que estaría cansado por el viaje. Caminó unos pasos más hacia nosotras cuando de repente se desmayó. Corrimos hasta donde estaba, le tomé el pulso y estaba muerto.
- Ni siquiera lloró- dijo Pereyra una vez que se hubo ido la mujer.
- Si dudoso, pero no.
Segundo testigo: la azafata
- ¿Podría relatar todo lo que recuerda?
- Cómo no, oficiales. Creo que podría ayudarles porque hoy estuve muy alerta ya que atendí a mucha gente. Una situación en particular me llamó la atención. Este señor, no me acuerdo el nombre, estuvo todo el viaje muy nervioso, me atrevo a decir que aparentaba tener miedo a volar; raro, porque parecía un hombre de negocios pero nunca antes lo había visto. Traspiraba mucho y solía tener la cara de color rojizo. Varias veces le pregunté si se encontraba bien y me dijo que sí. Lo que mas raro me pareció fue que un hombre de color, aparentemente brasileño se le acerco y se le quedó hablando unos 5 minutos. Una vez que se hubo ido, temblaba, así que me llamó y me pidió que le sirviera reiteradas veces vasos de whisky. Luego no paso nada más de lo que ya deben saber. Salió por la puerta de arribos, y se desmayó. Logré ver a su mujer, estaba muy tranquila, eso me extrañó.
- Me cayó bien- dijo Pereyra.
- Si, pero por su figura me parece Pereyra, ¿no? No le quitaba el ojo de encima.
Tercer testigo: pasajero del avión
- Si, yo me sentaba al lado de él.
- ¿En algún momento se le acercó alguien?
- Si, de bastante feo aspecto desde mi punto de vista. Parecía que no se hubiera bañado por una semana, y era… negro, creo que brasileño. Se le acercó y le mostró un papel. Empezaron a hablar en portugués un rato así que no entendí la conversación. Pero cuando se fue, estaba un poco agitado. Me miró y sonrió. Luego llamó a la azafata y le pidió varias veces vasos whisky. Después no lo vi más. Al rato me enteré lo que paso. Pobre hombre…
Eran las 8 de la noche y los hombres estaban agotados. Todavía debían ir a la morgue.
- ¿Descubrió algo doctor? – preguntó barrasco.
- Si, algo muy interesante.
- ¿Y qué es? – se impaciento Pereyra.
- Resultó un poco difícil detectar de qué murió. Por extraño que parezca, la sangre del sujeto poseía solo dos componentes extraños al organismo. El primero, varios vasos de whisky, el segundo, un extraño tipo de neurotoxinas. Las toxinas son producto de algún animal o vegetal que la ser introducidos o al actuar sobre otro individuo tiene efectos nocivos. En este caso como eran neurotoxinas afectaron al sistema nervioso y produjo una reacción en la que todos los músculos del cuerpo se paralizaron casi simultáneamente. – Al ver que no entendían explicó – Le inyectaron veneno.
- ¡Aaaah! – contestaron los dos.
- También averiguamos que por la cantidad de veneno encontrado habrá tardado aproximadamente unos cinco minutos en actuar.
- ¿Y cómo es que llegó hasta su cuerpo?
- Eso es lo interesante. No lo encontrábamos hasta que por fin vimos en el cuello de la víctima una marca sospechosa. Después de examinarla concluimos que se trataba de la marca de un dardo. Y – continuó antes de que le pudieran interrumpir- lo encontramos entre la evidencia. Se ve que algún idiota lo mezclo con “objetos personales”. Después de examinarlo bien y someterlo a pruebas, llegamos a la conclusión de que ese dardo esta hecho de un raro material proveniente del amazonas, y que el veneno es de una serpiente.
- Que interesante, ¿no Barrasco?
- Si, nunca había oído de algo así.
Conclusiones
Al otro día al mediodía se juntaron Pereyra y Barrasco para ver que opiniones tenía cada uno del caso.
- Bueno mi amigo, seguramente habrá llegado a la misma conclusión que yo. – Dijo Pereyra.
- Posiblemente.
- Mi hipótesis es: el hombre no se encontraba mucho tiempo en su casa. Su mujer estaba resentida, por eso lo mandó matar. Después de pensarlo bien, sospecho del sujeto de procedencia brasileña. Todas las pruebas llevan a él. Y eso explicaría también la frialdad y la exactitud de las palabras de la esposa. ¿No opina lo mismo Barrasco? Era muy evidente. Y yo que pensé que este caso se iba a complicar algo más.
- La verdad mi opinión es un poco distinta. Estuve toda la noche meditando y esta mañana me encargué de hacer algunas visitas. He hecho arreglos para que todos los sospechosos se reúnan en la comisaría en una hora. Me gustaría que me acompañe.
Una hora después se encontraban en el establecimiento la esposa del asesinado, la azafata, el pasajero del avión, el presunto brasileño, el jefe del departamento forense, Pereyra y Barrasco.
- Me parece que se olvido del ADN, mi querido Watson – dijo Barrasco a su compañero en voz baja antes de comenzar.- Me imagino que todos ya saben porque están aquí. Alguien en esta habitación conspiró para que un hombre perdiera la vida y en un momento voy a decir quien. Señora se encuentra un poco agitada, ¿quiere un vaso de agua? – preguntó a la viuda.
- No gracias estoy bien. ¿Podría continuar?
- Si claro. El asesino no está entre nosotros pero si el autor intelectual del crimen. Y no es ni el señor brasileño…
- Angoleño. – Corrigió éste molesto.
- Ni la señora, ni su acompañante de asiento…
- ¡Ni yo! – se apuró a decir la azafata.
- ¿Y por que usted no? – Pregunto Barrasco con curiosidad y picardía en los ojos.
- Porque se nota a la legua que fue “esa mujer” (la viuda) la responsable de todo.
- ¿Yo? ¡Si no hice nada! – gritó la mujer escandalizada.
- ¡Basta señores! – Interrumpió Pereyra – Esto es algo serio, dejen hablar a mi compañero.
- Gracias. Y creo que ya debo dejar de dar rodeos. Voy a explicar lo que sucedió:
Hace mas o menos unos 8 meses el fallecido comenzó un romance con la señorita aquí presente, la azafata. El hombre viajaba mucho y varias veces al mismo lugar, los mismos días, y con el mismo personal, naturalmente. Así que tuvo más de una oportunidad para conocerla. Hace 2 semanas recapacitó y concluyó que el romance no daba para más. Decidió dejarla. Cosa que molestó mucho a la señorita y tuvieron varias discusiones por celular. Ayer se volvieron a encontrar en el vuelo a Buenos Aires. Ya estaba todo planeado. Usted mandó matar a su amante con un veneno casi instantáneo. Bastante astuto, pero no demasiado.
- Pero si no hay pruebas de eso… ni siquiera del romance. Nada. Yo nunca vi a ese hombre en mi vida. – Intentó defenderse la azafata.
- No señorita. ¿A usted no se le ocurrió que tenemos los medios necesarios para averiguarlo todo? Hoy a la madrugada me dirigí a la empresa de aviación donde trabaja. ¿Sabía que tenían todos los registros de vuelos, pasajeros y personal? Aunque todavía cabe la posibilidad de que nunca antes lo haya visto. Existen las casualidades. Una cosa me llamó la atención. En los objetos personales, nunca encontramos un celular, a pesar de que un hombre de negocios tiene por lo menos dos. Quería revisar el registro de llamadas. Pero conseguí algo mejor. – Salió de la habitación y volvió a entrar con la niña de 4 años- ¿Sofía, podes señalar a la persona que el otro día viste discutiendo con tu papá? – La niña señalo a la azafata.- No más excusas. Mañana consigo el registro de llamadas de su celular y el de su amante. Usted tuvo un romance con él.
- Bueno, está bien. Lo confieso. Pero yo no lo maté.
- Eso esta por verse. Usted señor (refiriéndose a el pasajero del avión) y usted señorita (ahora a la azafata) me dijeron que no les gustaba el hombre angoleño y que había tenido actitudes sospechosas. El no lo puede explicar porque no habla español pero yo si. El señor habla portugués. Ayer, cuando iba en el avión, intentó leer la carta que le había mandado una amiga. Le dijeron que el hombre ahora asesinado hablaba portugués, y fue a consultarle. Resulta que la carta tenía un contenido inapropiado y eso lo puso nervioso. Bueno… el hecho de que creyéramos que era brasileño nos hizo sospechar de él. Y tras un examen de ADN, en el que este señor se ofreció amablemente, se comprobó que el dardo que contenía la sustancia nociva no fue disparado por el señor angoleño sino por… - se dirigió a la puerta y volvió con un hombre de unos 55 años aproximadamente.- este hombre. El es un boticario. ¿Podría señalar a la persona que le dio el trabajo?
- Si, ella. – señalando a la azafata.
- ¿Podría explicarnos como mato a un hombre en un aeropuerto lleno de cámaras? – dijo Barrasco al boticario.
- Si claro. Fui hasta Aeroparque con todo preparado. Y un cartel que dijera el nombre de alguien para que pensaran que estaba esperando a un pasajero que nunca llegó. Esperé hasta que lo vi en “migraciones” y ahí le disparé el dardo con cuidado de que nadie me viera, simulando que tosía.
- Increíble y totalmente ingenioso. – concluyó Pereyra.
Eran las 10 de la noche del 18 de febrero. Pereyra y Barrasco se encontraban nuevamente en el aeropuerto. Las luces iluminaban la pista pero el horizonte no se divisaba.
- Por fin se puede ir a Bariloche.- dijo Pereyra - Que ganas tengo yo de poder irme de…- se escucha un tiro, luego dos, y por último tres.
- ¡Vamos! – dijo tirando la valija al piso – mejor me voy en unos días.

Carla Diantonio, 3º 5ª

Textos poéticos

1º 4ª
Actividad: A partir de palabras seleccionadas de una poesía crear otra.

La Realidad.

Como invisibles ojos
que palpitan y perciben,
el brillante oro,
la tierra inmensa reflejada en ellos.
Amarran en mí
presa de su mirar,
¿Qué me sucede?
Es la vida misma.
SABRINA DÍAZ 1 º 4º

jueves, 30 de octubre de 2008

HAIKUS DE 2º 4º




Producciones de Haikus para el concurso
2° año 4° división





María Mariño:
El ave fénix
Llorando tristemente

Dolor aguado


Juan Manuel Ortiz :

Las nubes negras
Lloran sobre la tierra

Muy tristemente.



Cantar divino
De un gorrión púrpura
Enamorado.



Iván Devesa:
El sol en búsqueda
No se pueden encontrar
Está en tus ojo


Luz peculiar
en el río refleja
tus sentimientos


Julieta Troitiño :

Grandes montañas
Paisaje espléndido
Luz brillante.

Caen al suelo
Unos desnudos árboles
Hojas caídas.



Agustina Godoy:
Las rocas rotas
De un sueño perdido
Son un pasado.

La daga mata
En la lluvia sangrienta
De la tormenta.



Diego Peralta:

En la llovizna
La luna ilumina
Y no dormita.

Las rosas negras
Que carecen de vida
En el otoño.



Paula Gómez:

Una lluvia fuerte
Unas estrellas brillantes
Y un sol ardiente.

Rayos de sol
Penetran en la selva
Suaves y cálidas.


Sonia Kachuka :
El invierno es
Un sentimiento cruel
Que vive en mí.

Frutos brillantes

Reflejan su color
Con dulce aroma.


Camila Sosa :

Mi amor por ti
Crece en los árboles
Mucha felicidad.

Hojas marchitas
Poco a poco caen
Se ven muy tristes.



Macarena Chejolán :


Sale de noche
En el día se opone

Luna será.



Fernando Moreno :

Cristales caen
Como llanto del cielo
El sol se oculta.

Blancas bandadas
Errantes de los cielos
Huestes de paz.



Lourdes Marqués :

Cuervos reclaman
Su corazón de hombre
Cruel y vacío.




Macarena Aballay :

El sol se viste
De luna cuando llega
La oscura noche.

Nahuel Murru :

La lluvia cae
Donde la noche fría
Llora tranquila.


Sofía Bontá :


El monte es
Lo más lindo que vi
Esta mañana.

El feo que se
Convirtió en flor
Pobre murió.

Nadia Szepielewicz:

El sol radiante
Refleja sus rayos
Sobre lagunas.

Romina Esquivel :

El sol arriba
Me tapaba la vista
Paisaje ciego.

Amor sincero
No te puedes ir sin mí
Yo soy tu sol.

Walter Melo :
Paisaje muerto
Con invierno soleado
Cae sin vida.

Deborah Castillo:

Los chicos corren
Hacia los mantorrales
Del invierno.

Los pájaros grandes
Van cazando las flores
De primavera.


Macarena Sánchez Dei :

Canto a la música
Los pájaros habitan
En libertad.


Nicolás Urman :

Esta mañana
Amaneció distinta
El no alumbra.

Juan Manuel Akil :

La golondrina
Busca su lejano hogar
Entre las ramas.


Hernán Palomino :

los sauces lloran
El viento sopla fuerte
Las hojas caen.


Santiago Cartier :

El río corre
En su larga pendiente
Tras las montañas.


Vanesa Gay López:

El cielo grande
Tan inmenso universo
Será profundo.

martes, 21 de octubre de 2008

sábado, 11 de octubre de 2008

AUTOBIOGRAFÍAS


Autobiografía
A pesar de que sea algo un tanto inusual, mi primer recuerdo de vida fue al año y dos meses de edad. Es muy breve, mi abuelo me estaba enseñando a caminar en su garage y aprendí. Luego no me acuerdo de lo que pasó ahí, hay como una pausa en la mitad. Pero el desenlace sí lo tengo, es sólo una muy nítida imagen de la cara de mi mamá. No sé por qué tengo esa imagen, pero sospecho que fue una de las sonrisas más grandes que tuvo.
Esta fotografía de mi mente la recordé hace poco, cuando mi madre intentó hacer caminar a mi hermana más chiquita.
A mí los deportes por lo general no suelen agradarme en lo absoluto (a casi nadie de mi familia le agradan), pero caminar para mí es algo que me fascina. Los lunes camino 80 cuadras, los martes 40, los miércoles 80, los jueves 70 y los viernes 95. Eso es porque me gusta volver caminando de todos lados y siempre me bajo de los colectivos antes de llegar a destino. Lo más posible es que caminar sea uno de mis gustos preferidos y de mis costumbres diarias, gracias a mamá, no sólo por ese recuerdo que tengo, sino porque ella siempre me hacía caminar y al principio me molestaba, luego me fue gustando de a poco, hasta que me encantó.
También hay otras cosas que me fascinan, como leer y eso también es gracias a ella, porque me contaba historias de muy chica desde el año, a pesar de que no podía comprender absolutamente nada.
Micaela de Luca Geloso.

AUTOBIOGRAFÍAS

La consigna: inventar un cuento didáctico con moraleja implícita o explícita.

Lunes a las siete de la mañana, Juan se levanta como todos los días para ir a la escuela. Él vive en una modesta casa alejada de la ciudad junto a su abuelo que es un viejito muy simpático y sabio.
Juan se mira al espejo para terminar de acomodarse la corbata y peinarse cuando el abuelo, con su voz fuerte, dice:
-¡¡¡Apuarate que vas a llegar tarde!!!
-Sí ya estoy –contestó Juan.
Apurado toma un sorbo de leche y sale corriendo al colegio.
Ya de regreso al mediodía, cuando estaba subiendo las escaleras para ir a su habitación a dejar su mochila, al pasar por un espejo ve que su reflejo es borroso pero no le da importancia. Después al almorzar estaban limpiando la mesa y lavando los platos sucios, cuando pasa por un espejo que está cerca de la cocina, ve que su abuelo se refleja bien pero él está borroso, mira a su abuelo para saber si él también vio lo mismo, pero está distraído, entonces no dice nada.
A la mañana siguiente, el anciano escucha:
-¡Abuelo! ¡Abuelo!
-Qué sucede –dice
-Algo pasa con los espejos, cada vez que me asomo está todo borroso.
El abuelo, sabio, lo mira y dice:
-Con los espejos no pasa nada, lo que sucede es que habrás dicho una mentira.
-No... pero ...¿cómo te diste cuenta? –dice con una mirada picarona Juan.
Su abuelo lo abraza y le dice que primero solucione su problema que luego le explica. Antes de salir, Juan se da vuelta y dice:
-Abuelo, ayer no fui al cole, me quedé jugando al fútbol en la plaza.
Más tarde cuando regresa, le cuenta a su abuelo que le dijo a la maestra que él fue el que había escondido la carpeta de su compañero, y a sus amigos que él había roto el compecabezas que estaban armando. Entonces el viejito sabio llevó a su nieto frente al espejo, éste al verse en él exclamó:
-¡Ya puedo verme! ¿Qué pasó?
El abuelo le dijo:
-Querido nieto, podés mentirme, podés mentirle a tus compañeros, a tu maestra, pero nunca podrás mentirte a vos mismo, porque eso se refleja en el espejo.
Juan entendió que siempre hay que decir la verdad.

Antonella Elías


La consigna: inventar un cuento didáctico con moraleja implícita o explícita.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Cuento didáctico

Autoras: Agostina Stahl y Micaela De Lucca Geloso 1° 1°
La consigna: inventar un cuento didáctico con moraleja implícita o explícita.
El curso hizo una lista de los valores que se tendrían que destacar en un cuento didáctico o fábula, las chicas eligieron "la valentía".

Sagrada Valentía
Una vez, una niña muy miedosa le comentó a su abuela con tristeza que sus amigas iban a ir a un campamento, pero ella no iría, porque las chicas le habían dicho burlándose que ahí sólo podían asistir los valientes "el lugar donde acamparían era peligroso y lo más temible de aquel sitio era que estaba muy concurrido por brujas."
Luego de escucharla, la abuelita le dijo:
-Luna (que así se llamaba la chica), vení a tomar el té que mientras te cuento una historia.
"Dos amigos iban caminando por las soledades de un bosque, al rato de manera repentina, se dejó caer la noche, así que se dispusieron a acampar. Pero por desgracia, el lugar elegido no fue precisamente el indicado, ya que se acostaron cerca del gran sauce.
Minutos después, debajo de dicho árbol, empezaron a llegar las brujas que eran una más horripilante que la otra, y por último, como frutilla del pastel, llegó el mismísimo diablo.
Los dos compañeros se treparon velozmente a la copa del gran sauce observando aterrorizados el aquelarre de satán y sus hijas. Uno de ellos, Jhon, el más débil, le dijo a su amigo Harry que no podría seguir sosteniéndose. Así que el cobarde se soltó y cayó. Al verlo, las brujas al unísono pensaron que iban a cenar su plato favorito: "jovencito cobarde a la parrilla". El acompañamiento era opcional, para las dependientes de los lípidos, papas fritas; para las más tradicionales o clásicas, puré; por último la opción light, ensalada mixta con vinagre y sal.
Harry, que era el más valiente y astuto, empezó a tirar rocas, piedras y piedritas. Pronto se le acabaron sus municiones y con ello se le agotaron también las ideas, pero no por eso se dio por vencido, ni perdió su fe o valentía.
Pronto recordó la única cosa de valor que tenía colgada de su cuello y ésa era la cruz que había heredado como legado de su familia; así que la sacó y ésta iluminó todo el bosque. Al verla Lucifer y sus condiscípulas huyeron segados por el intenso brillo, dejando así libre al pobre Jhon.
Luego los dos jóvenes emprendieron raudamente la vuelta a sus hogares, sanos y salvos."
Cuando la anciana finalizó su relato le obsequió a su nieta el crucifijo que tenía colgado. La vieja mujer le reveló que ese objeto había sido de su padre, o sea del valiente Harry, bisabuelo de Luna y lo podría llevar al campamento para estar segura y protegida.
Al día siguiente la chica fue a la escuela y les comunicó a sus compañeras que iría a la excursión, con o sin brujas. Porque a pesar de que el miedo no se le había ido por completo, es bueno recordar que la valentía no es la ausencia del miedo, sino la capacidad de afrontarlo dignamente.

NUEVA "MISTERIOSA BUENOS AIRES"

Este trabajo parte de la lectura completa de Misteriosa Buenos Aires , de Manuel Mujica Láinez.
La consigna fue, crear nuevas historias consignando la fecha de las mismas imitando el formato del libro.


Aixa Florencia Guerra Llerena 2° 4°






Memoria de un enamorado
2004

Elías es un chico alto de pelo corto y negro. Tiene ojos marrones y sobre su nariz descansan unos anteojos color negro. Es un muchacho común como cualquiera. Asiste a clases de lunes a viernes a la mañana. Esta en 5º año de secundaria, eso significa que este año termina y que el próximo año debe conseguir un trabajo para poder pagar sus estudios. Lo único que estudia en estos momentos es su instrumento favorito, va a clases de batería. No le gusta hacer deportes pero debe ir a gimnasia. Es uno de esos chicos al que uno lo ve y piensa que no tiene amigos, que es solitario, que es rato y que es de otro planeta. Pero no es así. Tiene amigos y aunque este las 24 horas del día jugando al famoso juego “El Solitario”, el no es así.
Todos los domingos se encuentra con sus amigos en algún sitio para comer algo y de allí se van a algún parque para jugar al football, pero como a el no le gusta hacer deportes, solo va para pasar un buen rato junto a sus amigos y mientras ellos juegan él se coloca los auriculares y a todo volumen se pone a escuchar a su banda favorita de rock pesado debajo de algunos árboles para que el sol no toque su piel blanca.
El ultimo domingo de noviembre él y sus amigos se encontraban en un parque cuando a lo lejos unos de sus amigos, llamado Lucas, recién llegaba allí pero no estaba solo. Había ido con sus hermanas y con varios amigos y amigas. Llegan a donde estaba sentado Elías y Lucas le presenta a sus invitados. Elías se hace amigo de todos muy rápido. Es un chico muy sociable. De entre todas las personas que había, solamente una había llamado su atención. Se trataba de una chica llamada Sabrina. Ella tenía un poco menos de estatura que Elías. Tiene el cabello castaño. Él piensa que sus ojos son dos estrellas que se pueden ver desde mucha distancia y siempre destellan una luz que hace que él se sienta bien, incluso en esos momentos en el que Elías se queda mirando sus ojos celestes y pone cara de bobo según sus amigos.
Ese domingo a la noche fueron todos a comer a un lugar de comidas rápidas. Juntaron un par de mesas para sentarse todos juntos y al lado de Elías se sentó Sabrina. Nervioso le hablo.
-¿Qué pediste para comer?
-No pedí nada-dijo Sabrina con una sonrisa-No me gusta comer en estos lugares. Prefiero la comida hecha en casa.
Así comenzaron a hablar de sus gustos, de música, viajes, de sus respectivas familias y otras cosas. Sabrina le comentó que ella también estaba en 5º año de secundaria y quedaron en invitarse a sus fiestas de egresados que eran en las primeras semanas de diciembre. Parecía que a Sabrina también le había gustado la animadora charla con Elías. Por supuesto Elías no dejaba de mirarla a los ojos y decir cosas tontas. Pero a Sabrina le causaba mucha risa cuando decía cosas disparatadas. Cuando ya se estaban por ir Elías se acerco a Sabrina y con una tensión en el cuerpo finalmente le dijo:
-Si queres podes volver el domingo que viene al parque y seguimos hablando. O podemos salir algún día a caminar, ir al cine o al lugar que quieras.
-Bueno, sí. Te paso mi número y después te llamo o me llamas y arreglamos para encontrarnos algún día.
-Si. Pasame tu número y yo te llamo.
Elías no podía creer lo que estaba pasando. Era la primera vez que se interesaba en una chica y en tan poco tiempo intercambiaban teléfonos.
-Me tengo que ir-dijo Sabrina-Ya se están yendo mi hermana y mis hermanos.
-Ah…bueno. Entonces te llamo y nos vemos algún día de estos.
-Bueno. Chau.
-Chau
Elías se fue a su casa con una sonrisa en la cara y lo único que tenía que hacer era pensar un buen lugar a donde invitarla. Decidió llevarla a tomar un café. Algo simple. La llamó y acordaron el lugar en donde encontrarse. Finalmente llegó el día y fueron a tomar café y a charlar.
-Te traje la invitación a mi fiesta de egresados-dijo Elías muy entusiasmado.
-¡Que bueno! Yo también te traje la invitación a mi fiesta. Espero que puedas ir.
-Seguro voy, pero no pienses que voy a estar todo el tiempo bailando como loco en medio de la pista toda la noche
-Jajaja. Ya vas a ver…sin que te des cuenta te voy a sacar a bailar y vas a estar justo ahí, en medio de la pista frente a todos y vas a estar bailando.
Estuvieron toda la tarde hablando hasta que llego la hora de las clases de batería de Elías.
Se despidieron y quedaron en verse el próximo domingo en el parque en donde se conocieron.
Llego el día de la fiesta de Sabrina y Elías canceló unos planes que tenía para ese día para poder concurrir a la fiesta de su amada. Entró en el local y Sabrina lo recibió. Como Elías había llegado un poco tarde, se fueron la pista de baile y lo que había dicho Sabrina acerca de que Elías ese día estaría bailando…se cumplió sorprendentemente. Y para la sorpresa de Sabrina, Elías bailaba muy bien. A la semana siguiente fue la fiesta de Elías y ocurrió lo mismo. Los amigos de Elías también se sorprendieron al ver que él estaba bailando y con una chica que había conocido hacía un mes. Los dos se divirtieron mucho en sus fiestas. Pero la felicidad que sentía Elías al pasar un rato con Sabrina se iba a terminar…
Un par de días antes de que terminara el mes de diciembre, Sabrina le comentó a Elías que la habían invitado a ir a un recital de una banda nacional y le preguntó si la podía acompañar, para no ir sola de noche. Lamentablemente Elías no podía. Ese 30 de diciembre lo tenía que pasar con su familia ya que tenían una reunión familiar y tenia que estar presente. Aun así Sabrina fue…lo peor estaba por pasar.
El 30 de diciembre Elías estaba acostado en su pieza mirando televisión, nada fuera de lo común. De repente se detuvo en un canal de noticias y miró lo que estaba pasando…una tragedia. El local en el que estaba tocando la banda nacional que Sabrina había ido a ver se estaba incendiando. Lo primero que hizo fue tomar un poco de plata para pagar el taxi que iba a tomar para ir hasta allí. Salió desesperado de su casa con el peor pensamiento en la cabeza. Cuando llegó al lugar del incendio trató de averiguar entre toda esa multitud de gente si alguien conocía a alguna chica llamada Sabrina. Algunos decían que sí, pero no era ella.
Otros estaban desesperados buscando a sus seres queridos y no le prestaban atención. Corriendo por todos lados llegó a visualizar a una chica con los rasgos parecidos a su querida Sabrina. Era ella. Se encontraba acostada en la calle, como muchos chicos, rodeada de médicos y de sus amigas que estaban todas sucias del humo y no podían parar de llorar desconsoladamente. Luego de un rato largo los médicos dieron la triste noticia. Había muerto. Los médicos explicaron que murió por los golpes que recibió en todo su cuerpo y por el humo que había dentro del local. Cuando trataban de salir Sabrina en un momento se había resbalado y había caído al piso y fue en ese instante cuando una avalancha de cuerpos desesperados por salir, pasó por encima de la muchacha. Sus amigas fueron quienes la encontraron tirada en el piso y lograron llevarla cerca de una ambulancia y fue allí cuando los médicos hicieron todo lo que estaba a su alcance para poder salvarla. Elías no podía creerlo. No quería creerlo…
Días después fue el velorio de Sabrina. El concurrió pero no podía retener las lágrimas que salían de sus ojos al recordar esos momentos tan hermosos que había pasado con ella. Era muy fuerte el amor que sentía hacia ella. Nunca se sintió así. Nunca la iba a olvidar.

NUEVA "MISTERIOSA BUENOS AIRES"

Este trabajo parte de la lectura completa de Misteriosa Buenos Aires , de Manuel Mujica Láinez.
La consigna fue, crear nuevas historias consignando la fecha de las mismas imitando el formato del libro.

MACARENA CHEJOLÁN 2°4°

El último llanto

Lisabeta de Salamanca era la hija adorada del gobernador, de clase muy alta, pero de buen corazón. lan Airén era un chico muy humilde y pobre. Se conocieron una vez en la calle de casualidad y desde entonces no hubo día que no se vieran. Salían a escondidas a la media noche, cuando solo la luz de los faroles los veían. A medida que pasaban los días se enamoraban más y más. Si alguien se enteraba del amor que guardaban a ella la castigarían y la obligarían a casarse con algún desconocido de su clase y a él seguramente lo matarían. Por que sería una verdadera vergüenza para la familia, que la hija de un hombre tan importante como lo era el señor Ricardo de Salamanca tuviera un noviazgo con un muchacho tan poca cosa.
Todas las noches cuando se veían, ella le enseñaba a leer y a escribir. Él aprendía con mucha emoción. Eran muy felices juntos, él la quería y mucho. No había nada más importante que ella en su vida. Y ella lo amaba como a nadie, soñaban con un día escaparse y casarse, para ser completamente felices.
Un día todo en sus vidas se les derrumbó. Al padre de lan, Justo Airén, le llego una oportunidad para ir al exterior. Le ofrecían casa y trabajo, Justo y su mujer decidieron aceptar la oportunidad y marcharse.
Esa noche lan se despidió de Lisabeta, le prometió amor eterno, ella lloraba sin cesar y le dio un anillo fabricado con hilos de colores. Se comprometieron a escondidas, esa noche de agosto aunque haya sido de mentira.
Ya han pasado diez años de cuando él se marchó, todo sigue igual, ella lo recuerda cada noche como la primera vez. Seguía teniendo puesto el anillo en su dedo anular de la mano izquierda. Durante los diez años de ausencia de lan, ella había rechazado a cuanto muchacho se le cruzaba.
Una mañana cuando se levantó, decidió ir a buscarlo, sabía que estaba en la ciudad de México. Ya tenía edad suficiente para decidir lo que quería. Y fue así como fue en busca de su amor. Cuando llegó a la ciudad tardó once días en encontrar la casa de los Airén.
La casa era grande y muy linda, Justo la atendió muy amablemente y le dio la peor noticia que podía recibir, le dijo que Ian había muerto el pasado 12 de septiembre. Ella se largó a llorar. Fue un llanto profundo y doloroso, un llanto como el de una madre cuando pierde a su hijo, un llanto único. Justo le dijo que antes de que él muriera, le había dejado una carta para que se la entregara a ella. Lisabeta la tomó y se marchó
Sentada en el pasto suave leyó la carta que decía:
Mí querida Lisabeta:
Me he tenido que marchar. Lejos de ti nada fue igual. No he pasado un día sin pensar en ti. Fuiste lo mas importante que he tenido, por que tu fuiste mi corazón.
Mi querida Lisabeta en mi corazón yo siempre estuve casado contigo.
Con todo el amor que te pude brindar te digo gracias por hacerme sentir el hombre más feliz.
Ian Airén de Salamanca.

NUEVA " MISTERIOSA BUENOS AIRES"

Este trabajo parte de la lectura completa de Misteriosa Buenos Aires , de Manuel Mujica Láinez.
La consigna fue, crear nuevas historias consignando la fecha de las mismas imitando el formato del libro.

NAHUEL MURRU 2° 4°
Dos vidas paralelas
1994


Era un día como cualquier otro en la comercial calle Pasteur. Nadie se imaginaría que a las 9:53 de la mañana del 18 de julio de 1994 la muerte estaría rondando por allí. En realidad se escondía en un inocente vehículo que pasaba por la sede de la AMIA a la altura de Pasteur al 600. Entre otros, ésta se fijó en dos personas, la más pequeña que tenía 5 años y la más grande que tenía 73. Ambos con diferentes historias de vida pero que ese día fueron unidas para siempre.
Uno se llamaba Sebastián, que caminaba por allí con su mamá Rosa en dirección al Hospital de Clínicas. El otro era Faiwel o Pablo. Un polaco nacionalizado argentino que estaba esperando trabajo en la sede.
Unos días antes Sebastián le había preguntado a su madre donde estaba el Abuelo Julio y cuando ella le contestó que estaba en el cielo el repreguntó:-“¿Cuándo se van las personas al cielo?
La mamá respondió:-“Cuando se hacen viejitas. Su alma se sale del cuerpo y se va al cielo. Pero para eso tenés que ser muy bueno”. A Seby le preocupaba que su mamá se fuera al cielo por eso dijo:-“En ese momento voy a estar al lado tuyo, te voy a agarrar el alma y no la voy a dejar subir así te quedas conmigo”. Ese terrible día hace 14 años Sebastián murió entre los escombros y su alma se fue al cielo con sus abuelitos Julio y José.
La otra vida, entre todas las que se llevó la muerte, fue la de Faiwel o Pablo. Este polaco desocupado había llegado a la Argentina a los 8 años e incorporó inmediatamente las costumbres típicas de nuestro país junto con las tradicionales del suyo. Así es como mezclaba el mate con el Leikej de miel y los asados con los Varenikes. Era porfiado y le gustaba discutir. Le decía siempre a su sobrino:-“Venite a tomar unos mates y peleamos un poquito”. Fue sastre, llegó a tener un taller y luego fue empleado. Fue descartado del trabajo como muchos otros argentinos y ese día fatal encontró la muerte en la bolsa de trabajo de la AMIA.
Esta muerte absurda no los discriminó; se los llevó tanto al pequeño como al anciano, al judío como al no judío, al que caminaba por la vereda como al que atentaba en el corazón del edificio. Ambos permanecerán en las memorias de todos para recordar el dolor que no cesa. Sebastián y Faiwel son las puntas de la vida que se encontraron en la muerte.

NUEVA "MISTERIOSA BUENOS AIRES"

Este trabajo parte de la lectura completa de Misteriosa Buenos Aires , de Manuel Mujica Láinez.
La consigna fue, crear nuevas historias consignando la fecha de las mismas imitando el formato del libro.

Fernando Moreno 2° 4°
Luna de Estrellas
1982

Esa mañana me había levantado al salir el sol para ayudar a mi madre a ordeñar las vacas y así poder desayunar. El día estaba lleno de luz y los pájaros cantaban alegremente bajo el cálido sol santafecino. Al terminar la ardua tarea, entramos a la vieja casona adornada de telarañas y polvo por doquier donde parecía que uno estaba rodeado de fantasmas que miraban sin cesar vuestro par de ojos asustados como niños.
Esa misma tarde, mientras el sol repetía su rutina de siempre, mi madre Anastasia y yo, escuchábamos la radio mientras el locutor informaba el grave suceso de que la guerra de las Malvinas había comenzado la noche anterior, bajo la luz de la luna llena.
Se hacia de noche y yo siempre salía a ver como las estrellas iban tomando su lugar en el inmenso espacio, imaginando que mi padre estaría viéndome desde allí arriba, desde donde las estrellas adornaban el espacio y, mirando fijamente podía diferenciar una perfecta luna de estrellas desde la cual mi padre estaría orgulloso al ver a su hijo Facundo, cuidando de su madre y ayudándola.
La noche del 5 de abril, mientras escrutaba el cielo me quedé dormido en el patio y soñé con algo extrañamente real, como si en verdad estuviese pasando,…
Soñaba que mi padre, desde el cielo me decía que mi destino ya estaba sellado, me dijo que al día siguiente unos hombres vendrían por mí a llevarme donde las estrellas tocan el suelo y donde podría estar mas cerca de él, me dijo también que estaría luchando a mi lado y me hizo prometer que volvería sano y salvo a casa, para seguir ayudando a mamá y seguir viviendo tranquilamente lo que me restara de vida.
Y así fue, al día siguiente Anastasia lloraba desesperadamente mientras hablaba con dos hombres altos y robustos como dos solemnes estatuas demacradas por los años. La noticia de que debía ir a combatir por la patria a las islas Malvinas causó una profunda herida en el corazón de mi madre.
Casi sin pensarlo y llevando lo esencial, partimos hacia Buenos Aires junto a otros jóvenes desafortunados con el mismo destino acechando a su alrededor, para luego ser trasladados a Tierra del Fuego y por último seguir su rumbo hacia lo que podría llegar a ser la tierra dueña de nuestros últimos suspiros de vida. Dejando a mi madre sola en la profundidad de la gran casona llena de fantasmas.
Mientras nos trasladaban hacia Buenos Aires, no lograba ver nada más que caras llenas de melancolía y tristeza, y, al llegar a la gran ciudad, la expresión en la cara de la gente no era exactamente la expresión que todos queríamos ver. Tristeza llantos de mujeres y niños bajaban nuestro autoestima haciéndonos sentir peor de lo imaginable.
Los militares nos reunieron en un gran estacionamiento abandonado y nos separaron en grupos. Allí fue donde conocí a Alejandro, que, al parecer se encontraba en la misma situación que yo; había dejado sola a su madre e hijo en la inmensidad de la vieja casa.
Mi nuevo amigo y yo fuimos seleccionados para desembarcar en las islas y luchar por la patria hasta morir, así que nos llevaron en un autobús lleno de combatientes hacia Tierra del Fuego y, luego de tres días de un agotador viaje llegamos a destino. Nos dieron un arma, unas ropas para vestir a la hora de luchar y sin ninguna instrucción de cómo disparar nos dirigieron hacia un barco para llegar a las Malvinas y comenzar la guerra.
Recuerdo muy bien ese viaje desde Tierra del Fuego hasta las Malvinas, recuerdo que la noche era hermosa y las estrellas brillaban como si fuera la ultima vez que lo harían, también recuerdo el accionar de los inexpertos soldados ante la crueldad del intenso frío, pero eso no me importaba, el frío era solo otro factor más para entristecer mi corazón ya abatido por lo que sucedía alrededor.
Ese hermoso cielo antártico era únicamente asombroso, miraba detenidamente las estrellas, y haciendo la señal de la cruz buscaba esa luna de estrellas para sentirme mas seguro con mi padre a mi lado.
Era casi imposible diferenciar el cielo del mar, ya que el reflejo de los astros del zodiaco era tan perfecto sobre el agua del mar que era como si estuviésemos navegando en el mismo espacio exterior.
Llegamos a las islas, donde solo había sangre, frío y temor sobre los que ya estaban asentados en el lugar y descansamos por varias horas.
Alejandro se notaba muy nervioso e inquieto entonces decidió salir a caminar, pero a los cinco minutos de caminata, volvió exaltado a donde me encontraba yo y me gritó ¡Vamos a atacar! Tomé mis armas y partimos junto a un pelotón hacia un lugar cuyo nombre no recuerdo.
En fin, al llegar a dicho lugar, comenzamos a caminar sigilosamente entre los arbustos, nos mirábamos unos a otros para saber qué estaba ocurriendo cuando de repente el zumbido de una bala pasó a menos de 5cm de mí. Todos empezamos a disparar sin saber a qué y comenzaron a explotar bombas por doquier.
Imágenes de mis amigos disparando y gritando, de mis amigos con los que la noche anterior estuve hablando venían a mi cabeza como amargos recuerdos. Los veía morir ante mis ojos y se me caían lagrimas del sufrimiento, del dolor, miraba a mis costados y veía mas y mas soldados cayendo y gritando, delirando sin parar hasta que todo calló… sólo escuchaba mi respiración y los difusos gritos de mis compañeros.
Di tres pasos nada más, caí al suelo de espaldas y allí estaba, allí estaba la luna de estrellas que tanto buscaba cuando viajábamos hacia aquí, allí estaba la cara de mi padre gritando que me levantara y corriera para salvarme. Tardé al menos 10 minutos en el piso hasta entender lo que decía mi espíritu salvador, y, con todas mi fuerzas me levanté y corrí, corrí y corrí sin parar, corría con el corazón en la garganta, miraba el suelo y no podía ver mas que sangre y cuerpos todavía delirando por ayuda hasta que vi a Alejandro allí, me detuve para ayudarle y fue ahí cando me di cuenta de que una bala me había atravesado el hombro izquierdo y estaba desangrándome pero aun más importante era la salud de mi moribundo amigo. Lo alcé en mis hombros y luego de unos pasos, escuché la ronca voz del comandante gritando ¡RETIRADA! y caí al piso junto a mi compañero.
Al despertar, estaba en un lugar espantoso, lleno de soldados malheridos y moribundos, al lado de mi cama estaba Alejandro, respirando con mucha dificultad, las enfermeras me dijeron que ya no había nada que hacer, según ellas, mi amigo ya no volvería a ver el sol de la mañana siguiente.
Todavía se escuchaban disparos a las lejanías del lugar. Oí a Alejandro decir sus ultimas palabras dirigidas hacia mí casi sin fuerzas, él me dijo que su madre estaría orgullosa de el y me pidió que le comunicase la perdida de su único hijo. También me dijo que le dijera a Nair, su hijo, que lo amaba y que estaría a su lado mirándolo y cuidándolo desde la luna de estrellas que siempre le mostraba cuando chico.
Con mi promesa ya cumplida la luna de estrellas desapareció de mi vida como si Alejandro hubiese ocupado el lugar de mi padre para observar a su hijo Nair y guiarlo hasta que otro padre ocupe la Luna de Estrellas que tanto miraba en mi niñez.

HAIKUS 3° 3°

Crecidos árboles
danzando a la par
desprenden su música.

Luna rara
acompañada está
con los llantos.

Lluvia y sol
alegría y tristeza
ambos producen.

La nieve fúnebre
rojizo crimen muestra
mudos testigos.

Pura cristal
verdades reflejadas
crueles e hirientes.

Negra traición
oasis de esperanza
muertas verdades.

Vagabunda alma
clivias solitarias
dolor perfuman.

Romina Belén Menendez 3º3ª

Lobos aullando
con luna sangrando
muerte violenta.

Caballos corren
en campos de tragedia
el hombre llega.

David Gutiérrez 3º3ª

Un ave rapaz
volando por los cielos
creyendo en ella.

Aquellas olas
arrastrando miseria
penetrándome.

Esa estrella
te ilumina el rostro
cuando ella quiere.

Mar perezoso
encandece a más de uno
porque se creman .

Cristian Torres 3º3ª

Los verdes prados
perfuman de alegría
las flores marchitas.

Juana di Lello 3º3ª

Aguas cristales
mares interminables
olas cambiantes.

Hojas caídas
árboles deprimidos
vientos otoñales

Nubes lejanas
cielos inalcanzables
pájaros libres.

Cielo nublado
lluvias amenazantes
vientos salvajes.

Julieta Miramón 3º3ª

En los océanos
están los mantos negros
matando vidas.

Cielo llorando
entristece mi vida
moja mi alma.

El mundo llora
está contaminado
hay que salvarlo.

Sofia Gamboa 3º3ª

Ríos podridos
agua contaminada
peces enfermos.

Lucas Rago 3º3ª
Verdes llanuras
campesinos al tenue sol
trabaja al alba.

Miradas al cielo
aves en los árboles
danzan con el sol.

Mágica luna
que descansa en el cielo
entre las nubes.

Tranquilas aguas
que reflejan el cielo
nado entre estrellas.

Pablo Poggio 3º3ª

Alta marea
transparente laguna
luna brillante.

Eterna vida
aguda vibración
fuertes colores.

Celeste cielo
amarillento sol
verdoso árbol.

Vida Patlayán 3º3ª

Grandes azules
en aguas agitadas
tiñen de rojo.

Los misteriosos
están siempre alerta
para el ataque.

Aroma a clavel
en las altas montañas
alegra el día.

Mariana Rando 3º3ª

Ojos saltones
colores dinámicos
rápida muerte.

Sombras oscuras
volando en el cielo
desgracia traen.

Gritos y llantos
flechas, balas y muerte
planeta rojo.

Nicolás Barbeito 3º3ª

Bella música
canta solo para mí
toca sin cesar.

El sol brillante
refleja en tu rostro
bello resplandor.

Evelyn Boraglio 3º3ª

Fuego prendido
costillitas ardiendo
panza llena.

Ramiro Jiménez 3º3ª

El río calmo
la luna reflejaba
junto a la brisa.

La ballena azul
libre en el océano
junto a sus hijos.

Joana Naiviat 3º3ª

El sol radiante
como estrella inmortal
brillando está.

El lago turbio
refleja en su mirar
sombras del mal.

Sauces caídos
tristeza y soledad
sin rumbo están.

Luna invernal
oculta entre las nubes
su otra mitad.

Melina Statile 3º3ª

Mares azules
contaminados y sucios
bañan las costas.

Montañas altas
maravillan la vista
de los turistas.

Chicas hormigas
adornan el paisaje
del territorio.

Los alimentos
perfuman el ambiente
de los hogares.

Peces azules
enferman el alma
por las personas.

Cambio la vida
por estar acá con vos
en la cabaña.

Los animales
ocupan la montaña
de suelo verde.

Árboles verdes
maravillan las vistas
de los turistas.

Agustín Acuña 3º3ª

Gran alegría
siento cuando me miras
ojos de cielo.

Brisa de mar
fresca como el océano
como tu boca.

Observo el cielo
cae la lluvia sin ti
perdí tu amor.

Aquella tarde
disfruté tu mirar
al caminar.