lunes, 3 de noviembre de 2008

CUENTO DE CIENCIA FICCIÖN

Diantonio, Carla
3º 5ª


Mundo utópico

Son las 36 horas en la cuidad de Klork. El Sol, rojo como un rubí, se oculta por el oeste. Empieza a caer la noche, y por consecuencia las flores de los betos (árbol parecido a un baobab de la antigüedad) se empiezan a cerrar. El clima se vuelve frió, el Sol ya no calienta como en tiempos anteriores.
A medida que la luz desaparece, un manto negro y escaso de estrellas se levanta firme por el cielo. Explican los científicos que esto no era antes así, y que el cielo que acostumbramos ver ahora, antes estaba exuberantemente poblado de astros. El cambio se produjo porque la expansión del universo hizo que las estrellas se separaran unas de otras y desaparecieran poco a poco de nuestra vista.
Las luces de la ciudad iluminan la noche. Gente paseando por los caminos y vehículos transitando, animan más aun a la alegre ciudad. El aire es puro, ya que los vehículos funcionan a baterías. Hay usinas de energía eólica fuera de la ciudad. Estas producen energía que luego sirve para recargar baterías y otras cosas. La ciudad se alimenta de energía solar. Los rayos ultravioletas (que eran tan perjudiciales en la antigüedad pero que ahora no nos afectan porque tenemos pieles más resistentes) son una fuente energía que se descubrió hace poco.
La educación es muy importante para nuestra civilización. Los niños concurren a unos edificios que actúan parecido a las llamadas “escuelas” de la antigüedad. Pero el método de enseñanza es diferente. Nosotros hemos descubierto que hay mejores maneras de educar a los más jóvenes y convertirlos en miembros activos y civilizados para vivir en comunidad.
Aquí vivimos sin preocupaciones. Cada uno se ocupa de su tarea y no hay discusiones. Nadie le dice a nadie que debe hacer, ya que cada uno lo sabe bien. La gente tienes buenos pensamientos, porque vivimos en paz. Vivimos en paz, porque la gente tiene buenos pensamientos. En Klork no existe la corrupción, las mentiras ni el mal, por las razones anteriores.
El gobierno de nuestra cuidad no es difícil de comprender. Esta integrado por doce miembros no permanentes. Nadie tiene el poder absoluto ni se siente superior (porque no lo es). De estos, tres son de joven edad, otros tres son ancianos y el resto son de edad media. Esto es así porque de esta manera va a haber variantes en las decisiones, y va a haber tanto sabiduría como ideas frescas.
Las viviendas casi no cambiaron desde los tiempos remotos, ya que siempre va a ser necesario paredes, piso y un techo para guarecerse.
El dormir es muy tranquilo, porque la ciudad es silenciosa, casi no hay ruidos de ningún tipo.
Las luces se van apagando para ahorrar energía y Klork se prepara para descansar.
A veces si uno presta atención es posible divisar alguna constelación completa. Hoy no era la ocasión, el cielo se encuentra nublado. Lo mejor en estos casos es irse a dormir y soñar con un cielo estrellado, como en las pinturas de esos grandes artistas antiguos. Por extraño que parezca aquí no hay muchos artistas, porque no necesitamos pintar para expresarnos. Todo lo que tenemos aquí es perfecto y el sueño de cualquiera es algo como la cuidad de Klork.












Mundo contrautópico

Nubes de humo tóxicas, agitación y mucho ruido daban a entender que ya había amanecido en la ciudad de Nimbus. Gente malhumorada sale de sus casas y se dirige hacia una dura y larga jornada de trabajo. Las caras de la gente muestran cansancio, preocupación, agobio y malestar general.
El aire es irrespirable, el frío, insoportable; ya que el Sol es mucho mas viejo y produce menos energía y calor. La cuidad esta cubierta por una barrera invisible, para protegerse de los rayos gamma y ultravioletas. Esta barrera abarca más allá de los límites de la ciudad, porque es necesario un ambiente extenso para cultivar. Estos cultivos están modificados genéticamente, porque como la tierra no es fértil los alimentos resultan poco nutritivos.
Se dice que en la antigüedad había una capa de ozono fuerte, ahora, está tan débil que todo lo dañino pasa sin problemas. Por suerte el armamento que quedó de la quinta guerra mundial nos salva de los meteoritos que acosan a la Tierra.
Casi no hay vegetación. Todo esta tan contaminado que es casi un planeta muerto. La ciudad de Nimbus es una de las pocas que quedan, poco a poco vamos recibiendo menos noticias de el resto del mundo.
La natalidad esta estrictamente controlada porque la contaminación produce mutaciones en los fetos, y hay mucho riesgo de que nazcan niños con problemas físicos y mentales.
Ya son las 18 horas, momento en que el sol se encuentra en su punto medio, y por lo tanto irradia más calor y ondas mortales. La gente sale de sus trabajos para almorzar, luego deberán seguir con el resto de la jornada soportando condiciones inhumanas.
El gobierno de la ciudad esta organizado en unas escasas 5 personas. La primera tiene el poder ejecutivo y legislativo, la segunda reemplaza a la anterior en caso de ausencia o muerte, y las otras tres son autoridades consultivas. Estas cinco personas son las que concentran el poder y los beneficios en la ciudad. No concentran la riqueza porque no hay. Es que, no se usa la moneda en Nimbus, es algo considerado obsoleto. La gente trabaja por comida y agua.
Al terminar de trabajar, la gente se dirige lentamente a sus hogares. Pero además del caos de la ciudad se suman los grandes conflictos en las propias casas. Por consecuencia del cansancio y el estrés permanente, la gente se vuelve irritable y poco tolerante, y esto genera peleas o cosas peores.
Los gases tóxicos se condensan y las lluvias acidas sofocan a la ciudad todas las noches. La cuidad de Nimbus ya esta acostumbrada.

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