martes, 4 de noviembre de 2008

HAIKUS SELECCIONADOS PARA COMPETIR






LOS SIGUIENTES FUERON SELECCIONADOS PARA LA FINAL

LA NIEVE FÚNEBRE
ROJIZO CRIMEN MUESTRA
MUDOS TESTIGOS

(MA. BELÉN MENÉNDEZ 3°3°)

LOBOS AULLANDO
LUNA SANGUINARIA
MUERTE VIOLENTA

(DAVID GUTIERREZ 3°3°)

LA LUNA INVERNAL
OCULTA ENTRE LAS NUBES
SU OTRA MITAD

(MELINA STALILE 3°3°)



MAR CRISTALINO
LAS LÁGRIMAS CONSUME
DULCES DEL CIELO


PAULA MORALES 5° 2°




LA NOCHE CALLADA
PRUDENTE Y ALEGRE
GUARDA SECRETOS

VALENTÍN DELAURO 5° 2°


EL VIENTO SOPLA
PERFECTAS SUS PALABRAS
A LAS ESTRELLAS

PAULA MORALES 5°2°



CUERVOS RECLAMAN
SU CORAZÓN DE HOMBRE
CRUEL Y VACÍO

LOURDES MARQUÉS 2° 4°





EL SOL SE VISTE
DE LUNA CUANDO LLEGA
LA OSCURA NOCHE

MACARENA ABALLAY 2°4°



BLANCAS BANDADAS
ERRANTES DE LOS CIELOS
HUESTES DE PAZ

FERNANDO MORENO 2° 4°




EN LAS ESTRELLA
ENCONTRARÉ TUS OJOS
COMO EN EL MAR

BELÉN ARRIETA 1°3°




OSCURAS NOCHES
MI CORAZÓN ESPERA
SECRETOS BOSQUES
NIEVE DE AYER
CAÍA COMO PÉTALOS
AGUA DE NUEVO
MANUEL REYNOSO 1°5°



LA MUERTE LLEGA
LA VIDA SIEMPRE VA
VES LA GRAN LUZ
FEDERICO REMESTRE 1° 5°


NIDO DE ESTRELLAS
NOCTURNA OSCURIDAD
NOCHE PERFECTA

KEVIN SAAVEDRA 4°4°



SANGRE CALIENTE
COMO LAVA DE VOLCÁN
CORRE EN MIS VENAS

CELESTE ZABALA 4°4°









HAIKUS GANADORES DEL CERTAMEN

LOS ALUMNOS PARTICIPARON EN UN CONCURSO INTERNO DE HAIKU ORGANIZADO POR LA COORDINACIÓN DE LENGUA Y LITERATURA
Prof. Ma. Alejandra López Coda

LOS SELECCIONADOS PARTICIPAN DEL CONCURSO " JORGE LUIS BORGES " 2009


HAIKUS GANADORES

OSCURAS NOCHES
MI CORAZÓN ESPERA
SECRETOS BOSQUES


AGUSTÍN PERTUSI 1° 3°






LAS LARGAS SOMBRAS
COMO ÁGILES ARAÑAS
TEJEN MISTERIOS



NICOLÁS P.MIGUEL 2° 3°



EL VIENTO SOPLA
PERFECTAS SUS PALABRAS
A LAS ESTRELLAS


PAULA MORALES 5° 2°


lunes, 3 de noviembre de 2008

HAIKUS SELECCIONADOS PARA COMPETIR DE 3° 2°

ESTOS HAIKUS FUERON LOS SELECCIONADOS POR EL JURADO PARA COMPETIR EN ERL CONCURSO DE LA FUNDACIÓN JORGE LUIS BORGES.

ATARDECER
SE REFLEJA EN EL MAR
COMO TUS OJOS

RODRIGO ABREGÚ

SIEMPRE RECUERDO
EXISTEN MAR Y VIENTO
MAS, NO LOS SIENTO
JAVIER BONANO
OLAS Y VIENTO
EL CONGELAO MAR
ME HACEN TEMBLAR

Haikus de 1° 5°

LOS HAIKU QUE NO LLEGARON…Y LOS QUE NO LLEGARON A SER HAIKU 1º 5º

Los chicos trabajaron sobre las características del Haiku y con material teórico elaborado por la profesora a cargo, en el marco del concurso externo en el que participó la escuela.

Duerme mi niña
tumbada en la tierra
es pura paz.

Nahuel Reynoso


Con cabello de oro
moviéndolo al viento
sus ojos me dicen
“te quiero”.

Sus ojos iluminan mi camino
mientras yo dejo caer
en sus manos mi destino

Leila Pamela Ávila




B) Producciones con apoyatura textual (libro de Lengua, canciones, etc)

Van a fusilar,
son cuatro soldados,
¡los van a matar!

Ezequiel Gonzalez
TALLER DE POESÍA
“EL SINSENTIDO CON SENTIDO O JUGUEMOS CON LAS PALABRAS”

Los chicos trabajaron a partir de material teórico elaborado por la profesora y ejercitaron recursos como metáforas, imágenes sensoriales, encabalgamiento y libertad de rimas.
En algunos casos realizaron explicaciones excelentes acerca de las metáforas que realizaron.

A) Producciones libres CURSO: 1º 5ª

Ya es tarde

Hoy ya es tarde para regresar, pues,
¿para qué?
Muy pronto para ya recordar,
¿no te parece?
Ya tarde para comenzar a olvidar,
¿no te has dado cuenta?
Ya lo olvidé.
Demasiado tarde para pensar, pues,
¿pensar qué?
Ya todo está hecho.
Perfecto para comprender
que el tiempo de los dos ya pasó.
Absolutamente tarde para sentir;
ya ese momento pasó,
¿no lo recuerdas?
¡Tú lo has dejado pasar!
Yo, ya creo haber entendido
¿y tú?
Laura Stephanie Luciano


¿Nada que perder?

Tú ya no tienes nada que perder,
no eres lo suficientemente consciente de lo que sí,
por eso juegas todo el tiempo,
como si la vida fuera un simple juego.
Sí lo es, pero depende
de qué tipo de juego la creas
y cómo lo juegues.
Yo en cambio,
prefiero en muchas cosas
sentir en vez de jugar.
Pero es cuando caigo en tu juego
que me olvido de jugar.
Y es ahí cuando pierdo,
y es ahí cuando comprendo
que perderme en tus palabras
fue mi triste perdición.

Pues yo
¡ tengo muchas cosas valiosas que perder
si juego contigo!
Pero cuando eso sucede
me enredo una y mil veces
entre tus palabras y mi mundo.
Y termino por creerme igual a ti, pero,
¿qué locura es esa?
Si los dos hacemos
dos cosas diferentes:
yo creía en una historia que existía y vos,
tan sólo jugabas.

Laura Stephanie Luciano


La soledad

En la noche oscura
la soledad se presenta
rompiendo el silencio
con su garganta sangrienta.

Mis labios fríos
pronuncian tu nombre
mientras ella me atrapa
con su sable de cobre.

El sol aparece
y ella se escapa
dejando a su paso
su larga y negra capa.

Eliane Mallo






Me encanta ese instrumento

Me encanta ese
instrumento con dientes
blancos y negros que
canta una hermosa canción.

Tiene esa voz angelical
y tan sólo con un la o sol
comienza a cantar
esa linda canción.

Daiana Silva


Lluvia y tristeza

El mar ha envejecido
muestra arrugas blancas.
Llora el hielo;
quiere ser diamante.
El viento gira en el cielo y canta.
Las nubes están tristes y
con sus lágrimas mojan a todos.
Las nubes lloran y lloran.
Yo también.
Y tú,
sólo te mojas.

Rosy Matto



Hablando con el sol

Camino por la calle
mirando al sol brillar
y en sus rayos me dice
-nunca me dejes de mirar.

Por eso todos los días miro
a sus rayos sin parpadear
porque cuando lo veo
sé que él me mira desde el más allá.


Leila Pamela Ávila



Caminar sin ti

En la calle te vi
y caminabas sin mí.
Me dieron ganas de llorar
pero prometí no hacerlo más.

por eso cada vez que te veo
intento no llorar,
porque sé que tu amor
mío no será jamás.

Leila Pamela Ávila

B) Producciones con apoyatura textual

Van a fusilar
a una mujer
que tiene los brazos atados.
Hay tres soldados,
para disparar.
Los tres soldados callados
están muy armados,
lo mismo que la mujer amarrada
que van a matar.
Ojalá escape.
Nunca se sabrá.
La mujer tiene
hasta el final
para escapar
de los tres soldados
que la quieren matar.

Ezequiel Gonzalez

CUENTO DE CIENCIA FICCIÖN

Diantonio, Carla
3º 5ª


Mundo utópico

Son las 36 horas en la cuidad de Klork. El Sol, rojo como un rubí, se oculta por el oeste. Empieza a caer la noche, y por consecuencia las flores de los betos (árbol parecido a un baobab de la antigüedad) se empiezan a cerrar. El clima se vuelve frió, el Sol ya no calienta como en tiempos anteriores.
A medida que la luz desaparece, un manto negro y escaso de estrellas se levanta firme por el cielo. Explican los científicos que esto no era antes así, y que el cielo que acostumbramos ver ahora, antes estaba exuberantemente poblado de astros. El cambio se produjo porque la expansión del universo hizo que las estrellas se separaran unas de otras y desaparecieran poco a poco de nuestra vista.
Las luces de la ciudad iluminan la noche. Gente paseando por los caminos y vehículos transitando, animan más aun a la alegre ciudad. El aire es puro, ya que los vehículos funcionan a baterías. Hay usinas de energía eólica fuera de la ciudad. Estas producen energía que luego sirve para recargar baterías y otras cosas. La ciudad se alimenta de energía solar. Los rayos ultravioletas (que eran tan perjudiciales en la antigüedad pero que ahora no nos afectan porque tenemos pieles más resistentes) son una fuente energía que se descubrió hace poco.
La educación es muy importante para nuestra civilización. Los niños concurren a unos edificios que actúan parecido a las llamadas “escuelas” de la antigüedad. Pero el método de enseñanza es diferente. Nosotros hemos descubierto que hay mejores maneras de educar a los más jóvenes y convertirlos en miembros activos y civilizados para vivir en comunidad.
Aquí vivimos sin preocupaciones. Cada uno se ocupa de su tarea y no hay discusiones. Nadie le dice a nadie que debe hacer, ya que cada uno lo sabe bien. La gente tienes buenos pensamientos, porque vivimos en paz. Vivimos en paz, porque la gente tiene buenos pensamientos. En Klork no existe la corrupción, las mentiras ni el mal, por las razones anteriores.
El gobierno de nuestra cuidad no es difícil de comprender. Esta integrado por doce miembros no permanentes. Nadie tiene el poder absoluto ni se siente superior (porque no lo es). De estos, tres son de joven edad, otros tres son ancianos y el resto son de edad media. Esto es así porque de esta manera va a haber variantes en las decisiones, y va a haber tanto sabiduría como ideas frescas.
Las viviendas casi no cambiaron desde los tiempos remotos, ya que siempre va a ser necesario paredes, piso y un techo para guarecerse.
El dormir es muy tranquilo, porque la ciudad es silenciosa, casi no hay ruidos de ningún tipo.
Las luces se van apagando para ahorrar energía y Klork se prepara para descansar.
A veces si uno presta atención es posible divisar alguna constelación completa. Hoy no era la ocasión, el cielo se encuentra nublado. Lo mejor en estos casos es irse a dormir y soñar con un cielo estrellado, como en las pinturas de esos grandes artistas antiguos. Por extraño que parezca aquí no hay muchos artistas, porque no necesitamos pintar para expresarnos. Todo lo que tenemos aquí es perfecto y el sueño de cualquiera es algo como la cuidad de Klork.












Mundo contrautópico

Nubes de humo tóxicas, agitación y mucho ruido daban a entender que ya había amanecido en la ciudad de Nimbus. Gente malhumorada sale de sus casas y se dirige hacia una dura y larga jornada de trabajo. Las caras de la gente muestran cansancio, preocupación, agobio y malestar general.
El aire es irrespirable, el frío, insoportable; ya que el Sol es mucho mas viejo y produce menos energía y calor. La cuidad esta cubierta por una barrera invisible, para protegerse de los rayos gamma y ultravioletas. Esta barrera abarca más allá de los límites de la ciudad, porque es necesario un ambiente extenso para cultivar. Estos cultivos están modificados genéticamente, porque como la tierra no es fértil los alimentos resultan poco nutritivos.
Se dice que en la antigüedad había una capa de ozono fuerte, ahora, está tan débil que todo lo dañino pasa sin problemas. Por suerte el armamento que quedó de la quinta guerra mundial nos salva de los meteoritos que acosan a la Tierra.
Casi no hay vegetación. Todo esta tan contaminado que es casi un planeta muerto. La ciudad de Nimbus es una de las pocas que quedan, poco a poco vamos recibiendo menos noticias de el resto del mundo.
La natalidad esta estrictamente controlada porque la contaminación produce mutaciones en los fetos, y hay mucho riesgo de que nazcan niños con problemas físicos y mentales.
Ya son las 18 horas, momento en que el sol se encuentra en su punto medio, y por lo tanto irradia más calor y ondas mortales. La gente sale de sus trabajos para almorzar, luego deberán seguir con el resto de la jornada soportando condiciones inhumanas.
El gobierno de la ciudad esta organizado en unas escasas 5 personas. La primera tiene el poder ejecutivo y legislativo, la segunda reemplaza a la anterior en caso de ausencia o muerte, y las otras tres son autoridades consultivas. Estas cinco personas son las que concentran el poder y los beneficios en la ciudad. No concentran la riqueza porque no hay. Es que, no se usa la moneda en Nimbus, es algo considerado obsoleto. La gente trabaja por comida y agua.
Al terminar de trabajar, la gente se dirige lentamente a sus hogares. Pero además del caos de la ciudad se suman los grandes conflictos en las propias casas. Por consecuencia del cansancio y el estrés permanente, la gente se vuelve irritable y poco tolerante, y esto genera peleas o cosas peores.
Los gases tóxicos se condensan y las lluvias acidas sofocan a la ciudad todas las noches. La cuidad de Nimbus ya esta acostumbrada.

Cuento

Producciones de 3º 5º


Sabor amargo


Era una mañana de invierno, en la pequeña casa de la calle Florida 1304.
Una nena de aproximadamente diez años, con un vestido a cuadros, llega a la casa de su abuela. Entra sin avisar. Camina sigilosamente hasta la cocina. Allí, la abuela, estaba con las manos apoyadas en la mesada, mirando un frasco de contenido dudoso. Esta se dio cuenta de la presencia de su nieta y rápidamente se dispuso a preparar el almuerzo mientras que la nena salía a jugar al patio.

La anciana había empezado a mezclar los ingredientes cuando un leve dolor empezó a surgir. A ésta le pareció extraño ya que casi nunca sentía malestares. Siguió con su tarea.

A la media hora se sentaron juntas a almorzar. La anciana miró su plato, que era muy apetitoso. Se llevó el primer bocado hacia la boca, e inmediatamente se le revolvió el estómago. Miró con extrañeza a su nieta que devoraba su comida sin problema alguno. Al terminar de comer la niña, su abuela retiró los platos y fue hacia la cocina. Enseguida se dispuso a lavar los platos, pero su mano derecha comenzó a sentir un cosquilleo que nunca antes había experimentado. Al minuto ese cosquilleo pasó a ser un ligero temblor.
Inmediatamente llevó su mano izquierda hacia su muñeca derecha aparentemente para frenar el temblor. Al ver que no se detenía se le aceleró el corazón y su mirada expresaba terror.

Ya era el atardecer, la niña ya aburrida de estar sola, fue en busca de su abuela. La encontró en su mecedora sumida en sus pensamientos. La nena veía una actitud muy extraña por parte de su abuela. Decidió, al fin, colocarse delante de ella. Se movía inquieta y torpemente porque su abuela no le dirigía la palabra. Se sentó en el suelo todavía en frente de ella. Estuvo pensando unos minutos. ¿Qué era lo que había cambiado? ¿Qué tenía de malo? Y ¿Por qué su abuela ya no le hablaba? Al inquietarse más por aquel silencio insoportable, ya que como bien se sabe, los niños no aguantan mucho tiempo callados y serios. Levantó la cabeza y miró a los ojos a su abuela. Al fin se animó y le preguntó:
- Qué te pasa? Por qué no me hablás?
- Es que veo muy cerca la muerte, m´hija. Me está esperando ansiosa y sonriente.

La pequeña se quedó estupefacta por tal respuesta. Todavía no tenía conciencia del significado de la muerte. Así que este concepto tan abstracto la dejó totalmente sin palabras.

Al final la nena se fue a su cuarto ya muy confundida.
Se acostó en su cama y se preguntó por qué la muerte ansiaba a su abuela. Por qué su abuela se comportaba de esa manera al mencionarla. ¿Era algo tan terrible? No entendía nada.

Luego de un rato de estar pensando decidió ir a ver a su abuela. Ella seguía en el mismo lugar, sentada en su mecedora, con la mirada perdida. Pero ella veía algo diferente esta vez, algo que no encajaba. Y es que repentinamente empezó a hacer frío. ¿O era su imaginación? La niña estaba de espaldas a la anciana. Vio algo raro. Una sombra extraña se colocaba al costado izquierdo de su abuela. Esta era más delgada que una sombra normal. Se quedó un minuto tratando de ver qué era. Hasta entrecerró los ojos para observarla mejor. Distinguió que a veces, cada tanto, esa sombra se movía aunque su abuela estaba quieta. Al entender que eso pasaba a ser totalmente fuera de lo común, intentó acercarse adonde estaba su abuela. Quiso mover las piernas hacia delante; pero no podía, algo se lo impedía. Era como si existiera una barrera que no le permitía acercarse. En un momento entró en la desesperación. Todo intento por ir hacia su abuela era inútil. Ya entre lágrimas, se abrazó a sí misma. Necesitaba el contacto de un ser querido, pero le era imposible conseguirlo. Entonces, al instante, le surgió otro sentimiento. Sentía terror. Terror de aquella casa, terror de la sombra, de cada objeto y de su abuela. Es que ya no sentía que fuera su abuela, si no otra persona. La sentía distante. Tanto era el miedo que sentía que dio media vuelta y volvió a su habitación. Se acurrucó entre las sábanas de su cama cerrando los ojos con fuerza y esperando que todo pasara. Que su abuela volviera a hablarle. Que esa presencia indescriptible desapareciera. Es que, ¿eso era la muerte? ¿Una presencia indescriptible? Ella no lo sabía. No lo entendía. Y no quería entenderlo.

Después de tanto tiempo sentada en la mecedora, se levanto estrepitosamente y corrió al baño a vomitar. Cada vez se sentía peor. Volvió a la mecedora y se quedó un rato mirando hacia la ventana. Aunque no tenía sentido, porque el exterior se veía todo negro al no haber luces que alumbraran.

El temblor de su mano nunca había parado, pero con el correr de las horas se acostumbró. Ella sabía que esa noche llegaría. Estaba segura. No sentía temor sino curiosidad. Curiosidad de qué le deparará lo desconocido y el tabú que eso implicaba. Súbitamente una mueca de dolor invadió toda su cara. Le costaba respirar y sentía que le faltaba el aire. Un dolor en el pecho la envolvió totalmente. Es que esa espera le resultaría muy dolorosa y larga. Tal vez fuera la noche más larga de su vida, en que los segundos se le hacían minutos y los minutos horas.

Al pasar una hora aproximadamente el dolor en el pecho cesó pero una fuerte fiebre quemaba cada rincón de su cuerpo. Sentía mucho frío y sus dientes rechinaban dolorosamente.

Pasaron dos horas, y luego tres. La fiebre no bajaba. Un sudor frío corrió por su cara y sus manos. Veía la hora tan cerca. Decidió cerrar los ojos y tratar de dormir. Tal vez así no tendría que esperar tanto.

Caminaba por el campo. El día era soleado y caluroso. La anciana se miró las manos y éstas ya no mostraban arrugas sino que eran totalmente lisas y suaves. Llevaba puesto un vestido rojo que reconoció perfectamente. Se lo había regalado su marido para su primer aniversario. De repente recordó que estaba en su casa, recordó el frasco, el dolor, recordó a su nieta. Pero la mujer no sabía donde estaba.

Una figura se acercó a ella con paso ágil. Era un hombre apuesto y joven, que la miraba sonriente.
- Te esperábamos. – dijo el hombre.
- Yo también te extrañé. – contestó la mujer. - ¿Esto es?
- ¿Es qué? – el hombre no entendía.
- Lo que esperaba, ¿esto es? ¿Este lugar hermoso…?
- Sí, esto es. – contestó.

La niña abrió los ojos. Se encontraba en su cama y una débil luz traspasaba las sábanas.
Se desperezó y se levantó. Recordó todo lo vivido aquella noche. Decidió olvidar y ser feliz. Caminó sonriente por el pasillo y se puso por delante de su abuela. Esta estaba quieta y tenía la mirada tranquila.

La nieta rápidamente sacudió a su abuela para despertara. Al ver que no reaccionaba la sacudió aún más fuerte. La abuela al fin despertó. Miró a su nieta con cara incrédula, como tratando de entender lo que pasó.

La nena al ver a su abuela ya despierta corrió hacia la cocina. A los cinco minutos volvió con un frasco lleno de líquido.
- Abuela, qué asco, en vez de azúcar le pusiste sal.
La anciana se tiró en la mecedora y comenzó a reír a carcajadas.
- Abuela, ¿de qué te reís?
- De nada. Vamos a preparar el desayuno.


Diantonio, Carla
Delgado, Lisette

3º 5ª

Cuento policial




Asesinato en el aeropuerto

- Lamentable, verdaderamente lamentable. Y pensar que su hija lo presenció todo, sólo tenía cuatro años.
- Sí, la vi.
- Pobrecita, esta desconsolada. Pero dígame Barrasco, ¿usted no debería haberse ido ya?
- Sí, hace cuatro horas. El paro de personal me lo impidió, pero pude estar cerca cuando sucedió el incidente. Y como usted me conoce, bien sabe que no me voy a ir de vacaciones tan fácilmente.
- Si, lo sé. Aunque está difícil. Ya lo examinamos y no hay causa aparente del deceso. Pereciera muerte súbita.
- Pareciera…
- Si, por eso ahora viene el forense.
- Muy bien, entonces ¿querría ir a tomar un café allí (señalando la confitería) mientras esperamos, Pereyra?
- Me parece perfecto.
Así comenzó el día domingo 17 de febrero. Un inspector en servicio y otro no, toman un café en el enorme edificio de Aeroparque en Buenos Aires.
El día era sofocante, como la mayoría de los días de verano en la capital porteña. Aunque el aire acondicionado del lugar obligaba a turistas y empleados a ponerse un abrigo.
Un Boeing 737 aparece por las enormes ventanas y aterriza en la pista con gran agilidad.
- Uno de esos me iba a tomar.
- Y sí, es el más común. No se va a tomar un Jumbo para ir a Bariloche.
- La verdad que no.
Pereyra es un hombre morocho, muy alto y tiene un bigote que llama la atención de cualquier despistado. En ese momento llevaba puesto un traje azul, un poco caluroso para esa época del año. Barrasco es el típico apasionado por su trabajo. Por eso es imposible que se vaya más de una semana de descanso si no encuentra una excusa para quedarse. Es un hombre un poco excéntrico. Lo demuestra la vestimenta que llevaba ese día. Bermudas azules, una camisa naranja con estampado hawaiano y un sombrero de pescador contrastaban con la elegancia de su compañero. Tenía un aspecto canoso y desarreglado aunque con sólo mirarlo se podía advertir que era un hombre brillante.
Una camioneta azul con la inscripción “policía científica” en blanco aparcó en la entrada del aeropuerto. Las puertas corredizas se abrieron para dejar entrar a los que se encontraban dentro del vehículo y dejar salir a los turistas curiosos.
Pereyra y Barrasco al verlos dejaron propina en la mesa y se dirigieron tranquilamente hacia donde se encontraba el cuerpo; que aunque parezca insólito y grotesco aún seguía en el mismo sitio con una sábana blanca sobre él.
- Lamentamos no haber podido llegar antes – dijo el forense – había mucho tráfico y nos encontrábamos muy lejos.
- No se disculpe, ya está. – contestó Pereyra impaciente.
- Muy bien. ¿Comenzamos a trabajar? – Era una afirmación más que una pregunta por parte del profesional a su equipo.
La zona estaba perimetrada desde el principio como era de esperar. Todos comenzaron a trabajar en conjunto bajo las miradas expectantes de los viajantes que por allí pasaban. Primero tomaron fotos y muestras de todo, hasta de lo que no parecía una evidencia. Siempre había alguien anotando todos los procedimientos realizados. Una vez terminadas las pericias se llevaron el cuerpo a la morgue para continuar la investigación. Pereyra y Barrasco se encontrarían con ellos a la tarde, ya que primero realizarían unas entrevistas a los testigos.
Primer testigo: la esposa
- ¿Podría relatar todo lo que recuerda?
- Si claro, oficial, pero no es mucho. Mi marido venía de un viaje de negocios, se suponía que el avión llegaría a las 6am por eso a las 6:20hs más o menos bajaba del auto con mi nena, Sofía. Estaba muy nerviosa así que me apuré… - hizo una pausa y continuó- caminamos por el pasillo central en dirección a la puerta de arribos. Nos quedamos esperando hasta que apareció. No sonrió al vernos, eso me pareció extraño, pero no me preocupé porque supuse que estaría cansado por el viaje. Caminó unos pasos más hacia nosotras cuando de repente se desmayó. Corrimos hasta donde estaba, le tomé el pulso y estaba muerto.
- Ni siquiera lloró- dijo Pereyra una vez que se hubo ido la mujer.
- Si dudoso, pero no.
Segundo testigo: la azafata
- ¿Podría relatar todo lo que recuerda?
- Cómo no, oficiales. Creo que podría ayudarles porque hoy estuve muy alerta ya que atendí a mucha gente. Una situación en particular me llamó la atención. Este señor, no me acuerdo el nombre, estuvo todo el viaje muy nervioso, me atrevo a decir que aparentaba tener miedo a volar; raro, porque parecía un hombre de negocios pero nunca antes lo había visto. Traspiraba mucho y solía tener la cara de color rojizo. Varias veces le pregunté si se encontraba bien y me dijo que sí. Lo que mas raro me pareció fue que un hombre de color, aparentemente brasileño se le acerco y se le quedó hablando unos 5 minutos. Una vez que se hubo ido, temblaba, así que me llamó y me pidió que le sirviera reiteradas veces vasos de whisky. Luego no paso nada más de lo que ya deben saber. Salió por la puerta de arribos, y se desmayó. Logré ver a su mujer, estaba muy tranquila, eso me extrañó.
- Me cayó bien- dijo Pereyra.
- Si, pero por su figura me parece Pereyra, ¿no? No le quitaba el ojo de encima.
Tercer testigo: pasajero del avión
- Si, yo me sentaba al lado de él.
- ¿En algún momento se le acercó alguien?
- Si, de bastante feo aspecto desde mi punto de vista. Parecía que no se hubiera bañado por una semana, y era… negro, creo que brasileño. Se le acercó y le mostró un papel. Empezaron a hablar en portugués un rato así que no entendí la conversación. Pero cuando se fue, estaba un poco agitado. Me miró y sonrió. Luego llamó a la azafata y le pidió varias veces vasos whisky. Después no lo vi más. Al rato me enteré lo que paso. Pobre hombre…
Eran las 8 de la noche y los hombres estaban agotados. Todavía debían ir a la morgue.
- ¿Descubrió algo doctor? – preguntó barrasco.
- Si, algo muy interesante.
- ¿Y qué es? – se impaciento Pereyra.
- Resultó un poco difícil detectar de qué murió. Por extraño que parezca, la sangre del sujeto poseía solo dos componentes extraños al organismo. El primero, varios vasos de whisky, el segundo, un extraño tipo de neurotoxinas. Las toxinas son producto de algún animal o vegetal que la ser introducidos o al actuar sobre otro individuo tiene efectos nocivos. En este caso como eran neurotoxinas afectaron al sistema nervioso y produjo una reacción en la que todos los músculos del cuerpo se paralizaron casi simultáneamente. – Al ver que no entendían explicó – Le inyectaron veneno.
- ¡Aaaah! – contestaron los dos.
- También averiguamos que por la cantidad de veneno encontrado habrá tardado aproximadamente unos cinco minutos en actuar.
- ¿Y cómo es que llegó hasta su cuerpo?
- Eso es lo interesante. No lo encontrábamos hasta que por fin vimos en el cuello de la víctima una marca sospechosa. Después de examinarla concluimos que se trataba de la marca de un dardo. Y – continuó antes de que le pudieran interrumpir- lo encontramos entre la evidencia. Se ve que algún idiota lo mezclo con “objetos personales”. Después de examinarlo bien y someterlo a pruebas, llegamos a la conclusión de que ese dardo esta hecho de un raro material proveniente del amazonas, y que el veneno es de una serpiente.
- Que interesante, ¿no Barrasco?
- Si, nunca había oído de algo así.
Conclusiones
Al otro día al mediodía se juntaron Pereyra y Barrasco para ver que opiniones tenía cada uno del caso.
- Bueno mi amigo, seguramente habrá llegado a la misma conclusión que yo. – Dijo Pereyra.
- Posiblemente.
- Mi hipótesis es: el hombre no se encontraba mucho tiempo en su casa. Su mujer estaba resentida, por eso lo mandó matar. Después de pensarlo bien, sospecho del sujeto de procedencia brasileña. Todas las pruebas llevan a él. Y eso explicaría también la frialdad y la exactitud de las palabras de la esposa. ¿No opina lo mismo Barrasco? Era muy evidente. Y yo que pensé que este caso se iba a complicar algo más.
- La verdad mi opinión es un poco distinta. Estuve toda la noche meditando y esta mañana me encargué de hacer algunas visitas. He hecho arreglos para que todos los sospechosos se reúnan en la comisaría en una hora. Me gustaría que me acompañe.
Una hora después se encontraban en el establecimiento la esposa del asesinado, la azafata, el pasajero del avión, el presunto brasileño, el jefe del departamento forense, Pereyra y Barrasco.
- Me parece que se olvido del ADN, mi querido Watson – dijo Barrasco a su compañero en voz baja antes de comenzar.- Me imagino que todos ya saben porque están aquí. Alguien en esta habitación conspiró para que un hombre perdiera la vida y en un momento voy a decir quien. Señora se encuentra un poco agitada, ¿quiere un vaso de agua? – preguntó a la viuda.
- No gracias estoy bien. ¿Podría continuar?
- Si claro. El asesino no está entre nosotros pero si el autor intelectual del crimen. Y no es ni el señor brasileño…
- Angoleño. – Corrigió éste molesto.
- Ni la señora, ni su acompañante de asiento…
- ¡Ni yo! – se apuró a decir la azafata.
- ¿Y por que usted no? – Pregunto Barrasco con curiosidad y picardía en los ojos.
- Porque se nota a la legua que fue “esa mujer” (la viuda) la responsable de todo.
- ¿Yo? ¡Si no hice nada! – gritó la mujer escandalizada.
- ¡Basta señores! – Interrumpió Pereyra – Esto es algo serio, dejen hablar a mi compañero.
- Gracias. Y creo que ya debo dejar de dar rodeos. Voy a explicar lo que sucedió:
Hace mas o menos unos 8 meses el fallecido comenzó un romance con la señorita aquí presente, la azafata. El hombre viajaba mucho y varias veces al mismo lugar, los mismos días, y con el mismo personal, naturalmente. Así que tuvo más de una oportunidad para conocerla. Hace 2 semanas recapacitó y concluyó que el romance no daba para más. Decidió dejarla. Cosa que molestó mucho a la señorita y tuvieron varias discusiones por celular. Ayer se volvieron a encontrar en el vuelo a Buenos Aires. Ya estaba todo planeado. Usted mandó matar a su amante con un veneno casi instantáneo. Bastante astuto, pero no demasiado.
- Pero si no hay pruebas de eso… ni siquiera del romance. Nada. Yo nunca vi a ese hombre en mi vida. – Intentó defenderse la azafata.
- No señorita. ¿A usted no se le ocurrió que tenemos los medios necesarios para averiguarlo todo? Hoy a la madrugada me dirigí a la empresa de aviación donde trabaja. ¿Sabía que tenían todos los registros de vuelos, pasajeros y personal? Aunque todavía cabe la posibilidad de que nunca antes lo haya visto. Existen las casualidades. Una cosa me llamó la atención. En los objetos personales, nunca encontramos un celular, a pesar de que un hombre de negocios tiene por lo menos dos. Quería revisar el registro de llamadas. Pero conseguí algo mejor. – Salió de la habitación y volvió a entrar con la niña de 4 años- ¿Sofía, podes señalar a la persona que el otro día viste discutiendo con tu papá? – La niña señalo a la azafata.- No más excusas. Mañana consigo el registro de llamadas de su celular y el de su amante. Usted tuvo un romance con él.
- Bueno, está bien. Lo confieso. Pero yo no lo maté.
- Eso esta por verse. Usted señor (refiriéndose a el pasajero del avión) y usted señorita (ahora a la azafata) me dijeron que no les gustaba el hombre angoleño y que había tenido actitudes sospechosas. El no lo puede explicar porque no habla español pero yo si. El señor habla portugués. Ayer, cuando iba en el avión, intentó leer la carta que le había mandado una amiga. Le dijeron que el hombre ahora asesinado hablaba portugués, y fue a consultarle. Resulta que la carta tenía un contenido inapropiado y eso lo puso nervioso. Bueno… el hecho de que creyéramos que era brasileño nos hizo sospechar de él. Y tras un examen de ADN, en el que este señor se ofreció amablemente, se comprobó que el dardo que contenía la sustancia nociva no fue disparado por el señor angoleño sino por… - se dirigió a la puerta y volvió con un hombre de unos 55 años aproximadamente.- este hombre. El es un boticario. ¿Podría señalar a la persona que le dio el trabajo?
- Si, ella. – señalando a la azafata.
- ¿Podría explicarnos como mato a un hombre en un aeropuerto lleno de cámaras? – dijo Barrasco al boticario.
- Si claro. Fui hasta Aeroparque con todo preparado. Y un cartel que dijera el nombre de alguien para que pensaran que estaba esperando a un pasajero que nunca llegó. Esperé hasta que lo vi en “migraciones” y ahí le disparé el dardo con cuidado de que nadie me viera, simulando que tosía.
- Increíble y totalmente ingenioso. – concluyó Pereyra.
Eran las 10 de la noche del 18 de febrero. Pereyra y Barrasco se encontraban nuevamente en el aeropuerto. Las luces iluminaban la pista pero el horizonte no se divisaba.
- Por fin se puede ir a Bariloche.- dijo Pereyra - Que ganas tengo yo de poder irme de…- se escucha un tiro, luego dos, y por último tres.
- ¡Vamos! – dijo tirando la valija al piso – mejor me voy en unos días.

Carla Diantonio, 3º 5ª

Textos poéticos

1º 4ª
Actividad: A partir de palabras seleccionadas de una poesía crear otra.

La Realidad.

Como invisibles ojos
que palpitan y perciben,
el brillante oro,
la tierra inmensa reflejada en ellos.
Amarran en mí
presa de su mirar,
¿Qué me sucede?
Es la vida misma.
SABRINA DÍAZ 1 º 4º