jueves, 30 de octubre de 2008

HAIKUS DE 2º 4º




Producciones de Haikus para el concurso
2° año 4° división





María Mariño:
El ave fénix
Llorando tristemente

Dolor aguado


Juan Manuel Ortiz :

Las nubes negras
Lloran sobre la tierra

Muy tristemente.



Cantar divino
De un gorrión púrpura
Enamorado.



Iván Devesa:
El sol en búsqueda
No se pueden encontrar
Está en tus ojo


Luz peculiar
en el río refleja
tus sentimientos


Julieta Troitiño :

Grandes montañas
Paisaje espléndido
Luz brillante.

Caen al suelo
Unos desnudos árboles
Hojas caídas.



Agustina Godoy:
Las rocas rotas
De un sueño perdido
Son un pasado.

La daga mata
En la lluvia sangrienta
De la tormenta.



Diego Peralta:

En la llovizna
La luna ilumina
Y no dormita.

Las rosas negras
Que carecen de vida
En el otoño.



Paula Gómez:

Una lluvia fuerte
Unas estrellas brillantes
Y un sol ardiente.

Rayos de sol
Penetran en la selva
Suaves y cálidas.


Sonia Kachuka :
El invierno es
Un sentimiento cruel
Que vive en mí.

Frutos brillantes

Reflejan su color
Con dulce aroma.


Camila Sosa :

Mi amor por ti
Crece en los árboles
Mucha felicidad.

Hojas marchitas
Poco a poco caen
Se ven muy tristes.



Macarena Chejolán :


Sale de noche
En el día se opone

Luna será.



Fernando Moreno :

Cristales caen
Como llanto del cielo
El sol se oculta.

Blancas bandadas
Errantes de los cielos
Huestes de paz.



Lourdes Marqués :

Cuervos reclaman
Su corazón de hombre
Cruel y vacío.




Macarena Aballay :

El sol se viste
De luna cuando llega
La oscura noche.

Nahuel Murru :

La lluvia cae
Donde la noche fría
Llora tranquila.


Sofía Bontá :


El monte es
Lo más lindo que vi
Esta mañana.

El feo que se
Convirtió en flor
Pobre murió.

Nadia Szepielewicz:

El sol radiante
Refleja sus rayos
Sobre lagunas.

Romina Esquivel :

El sol arriba
Me tapaba la vista
Paisaje ciego.

Amor sincero
No te puedes ir sin mí
Yo soy tu sol.

Walter Melo :
Paisaje muerto
Con invierno soleado
Cae sin vida.

Deborah Castillo:

Los chicos corren
Hacia los mantorrales
Del invierno.

Los pájaros grandes
Van cazando las flores
De primavera.


Macarena Sánchez Dei :

Canto a la música
Los pájaros habitan
En libertad.


Nicolás Urman :

Esta mañana
Amaneció distinta
El no alumbra.

Juan Manuel Akil :

La golondrina
Busca su lejano hogar
Entre las ramas.


Hernán Palomino :

los sauces lloran
El viento sopla fuerte
Las hojas caen.


Santiago Cartier :

El río corre
En su larga pendiente
Tras las montañas.


Vanesa Gay López:

El cielo grande
Tan inmenso universo
Será profundo.

martes, 21 de octubre de 2008

sábado, 11 de octubre de 2008

AUTOBIOGRAFÍAS


Autobiografía
A pesar de que sea algo un tanto inusual, mi primer recuerdo de vida fue al año y dos meses de edad. Es muy breve, mi abuelo me estaba enseñando a caminar en su garage y aprendí. Luego no me acuerdo de lo que pasó ahí, hay como una pausa en la mitad. Pero el desenlace sí lo tengo, es sólo una muy nítida imagen de la cara de mi mamá. No sé por qué tengo esa imagen, pero sospecho que fue una de las sonrisas más grandes que tuvo.
Esta fotografía de mi mente la recordé hace poco, cuando mi madre intentó hacer caminar a mi hermana más chiquita.
A mí los deportes por lo general no suelen agradarme en lo absoluto (a casi nadie de mi familia le agradan), pero caminar para mí es algo que me fascina. Los lunes camino 80 cuadras, los martes 40, los miércoles 80, los jueves 70 y los viernes 95. Eso es porque me gusta volver caminando de todos lados y siempre me bajo de los colectivos antes de llegar a destino. Lo más posible es que caminar sea uno de mis gustos preferidos y de mis costumbres diarias, gracias a mamá, no sólo por ese recuerdo que tengo, sino porque ella siempre me hacía caminar y al principio me molestaba, luego me fue gustando de a poco, hasta que me encantó.
También hay otras cosas que me fascinan, como leer y eso también es gracias a ella, porque me contaba historias de muy chica desde el año, a pesar de que no podía comprender absolutamente nada.
Micaela de Luca Geloso.

AUTOBIOGRAFÍAS

La consigna: inventar un cuento didáctico con moraleja implícita o explícita.

Lunes a las siete de la mañana, Juan se levanta como todos los días para ir a la escuela. Él vive en una modesta casa alejada de la ciudad junto a su abuelo que es un viejito muy simpático y sabio.
Juan se mira al espejo para terminar de acomodarse la corbata y peinarse cuando el abuelo, con su voz fuerte, dice:
-¡¡¡Apuarate que vas a llegar tarde!!!
-Sí ya estoy –contestó Juan.
Apurado toma un sorbo de leche y sale corriendo al colegio.
Ya de regreso al mediodía, cuando estaba subiendo las escaleras para ir a su habitación a dejar su mochila, al pasar por un espejo ve que su reflejo es borroso pero no le da importancia. Después al almorzar estaban limpiando la mesa y lavando los platos sucios, cuando pasa por un espejo que está cerca de la cocina, ve que su abuelo se refleja bien pero él está borroso, mira a su abuelo para saber si él también vio lo mismo, pero está distraído, entonces no dice nada.
A la mañana siguiente, el anciano escucha:
-¡Abuelo! ¡Abuelo!
-Qué sucede –dice
-Algo pasa con los espejos, cada vez que me asomo está todo borroso.
El abuelo, sabio, lo mira y dice:
-Con los espejos no pasa nada, lo que sucede es que habrás dicho una mentira.
-No... pero ...¿cómo te diste cuenta? –dice con una mirada picarona Juan.
Su abuelo lo abraza y le dice que primero solucione su problema que luego le explica. Antes de salir, Juan se da vuelta y dice:
-Abuelo, ayer no fui al cole, me quedé jugando al fútbol en la plaza.
Más tarde cuando regresa, le cuenta a su abuelo que le dijo a la maestra que él fue el que había escondido la carpeta de su compañero, y a sus amigos que él había roto el compecabezas que estaban armando. Entonces el viejito sabio llevó a su nieto frente al espejo, éste al verse en él exclamó:
-¡Ya puedo verme! ¿Qué pasó?
El abuelo le dijo:
-Querido nieto, podés mentirme, podés mentirle a tus compañeros, a tu maestra, pero nunca podrás mentirte a vos mismo, porque eso se refleja en el espejo.
Juan entendió que siempre hay que decir la verdad.

Antonella Elías


La consigna: inventar un cuento didáctico con moraleja implícita o explícita.