lunes, 15 de septiembre de 2008

Cuento didáctico

Autoras: Agostina Stahl y Micaela De Lucca Geloso 1° 1°
La consigna: inventar un cuento didáctico con moraleja implícita o explícita.
El curso hizo una lista de los valores que se tendrían que destacar en un cuento didáctico o fábula, las chicas eligieron "la valentía".

Sagrada Valentía
Una vez, una niña muy miedosa le comentó a su abuela con tristeza que sus amigas iban a ir a un campamento, pero ella no iría, porque las chicas le habían dicho burlándose que ahí sólo podían asistir los valientes "el lugar donde acamparían era peligroso y lo más temible de aquel sitio era que estaba muy concurrido por brujas."
Luego de escucharla, la abuelita le dijo:
-Luna (que así se llamaba la chica), vení a tomar el té que mientras te cuento una historia.
"Dos amigos iban caminando por las soledades de un bosque, al rato de manera repentina, se dejó caer la noche, así que se dispusieron a acampar. Pero por desgracia, el lugar elegido no fue precisamente el indicado, ya que se acostaron cerca del gran sauce.
Minutos después, debajo de dicho árbol, empezaron a llegar las brujas que eran una más horripilante que la otra, y por último, como frutilla del pastel, llegó el mismísimo diablo.
Los dos compañeros se treparon velozmente a la copa del gran sauce observando aterrorizados el aquelarre de satán y sus hijas. Uno de ellos, Jhon, el más débil, le dijo a su amigo Harry que no podría seguir sosteniéndose. Así que el cobarde se soltó y cayó. Al verlo, las brujas al unísono pensaron que iban a cenar su plato favorito: "jovencito cobarde a la parrilla". El acompañamiento era opcional, para las dependientes de los lípidos, papas fritas; para las más tradicionales o clásicas, puré; por último la opción light, ensalada mixta con vinagre y sal.
Harry, que era el más valiente y astuto, empezó a tirar rocas, piedras y piedritas. Pronto se le acabaron sus municiones y con ello se le agotaron también las ideas, pero no por eso se dio por vencido, ni perdió su fe o valentía.
Pronto recordó la única cosa de valor que tenía colgada de su cuello y ésa era la cruz que había heredado como legado de su familia; así que la sacó y ésta iluminó todo el bosque. Al verla Lucifer y sus condiscípulas huyeron segados por el intenso brillo, dejando así libre al pobre Jhon.
Luego los dos jóvenes emprendieron raudamente la vuelta a sus hogares, sanos y salvos."
Cuando la anciana finalizó su relato le obsequió a su nieta el crucifijo que tenía colgado. La vieja mujer le reveló que ese objeto había sido de su padre, o sea del valiente Harry, bisabuelo de Luna y lo podría llevar al campamento para estar segura y protegida.
Al día siguiente la chica fue a la escuela y les comunicó a sus compañeras que iría a la excursión, con o sin brujas. Porque a pesar de que el miedo no se le había ido por completo, es bueno recordar que la valentía no es la ausencia del miedo, sino la capacidad de afrontarlo dignamente.

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